El menor de nacionalidad siria que había comprado explosivos y planeaba atentar en Sevilla ha aceptado una condena de cuatro años y medio de internamiento cerrado en un centro.
Así lo recoge una sentencia de conformidad del Juzgado de Menores de la Audiencia Nacional, fechada el pasado 10 de octubre.
La resolución relata, entre otros asuntos, que en el móvil del joven se hallaron diversos chats de Telegram en el que el acusado asegura que va a "detonar en una comisaría de Policía" y reconoce haber comprado y manipulado "pólvora, nitroglicerina, peróxido de acetona y TNT".
En una de esas conversaciones, envía una foto suya a su interlocutor, junto al texto: "Mártir, si Dios quiere". También había fabricado el potente explosivo casero conocido como Madre de Satán.
El juez de Menores José Luis Castro, en su sentencia, analiza la situación familiar y personal del menor y señala que el propio acusado reconoce no tener amigos ni apoyo social de su entorno, además de ser una persona conflictiva.
"Desde su infancia ha estado expuesto a múltiples situaciones de violencia grave próxima e importantes carencias de necesidades básicas, lo que ha configurado una personalidad que se caracteriza por una elevada dureza emocional y cognitiva y una normalización de la violencia", explica. Es por ello que su carácter es "resentido" y falto de habilidades sociales y empatía.
La Policía tenía conocimiento de la progresiva radicalización del menor desde 2023. El joven accedía de forma habitual a webs en las que se sumergía en el ideario violento y radical de la organización yihadista Estado Islámico.
Un testigo protegido acabó alertando a las autoridades de que el menor exhibía en su móvil material violento, además de haber verbalizado su adhesión a la conocida como yihad global.
En un acto para jóvenes organizado por el Ayuntamiento de Sevilla, mostró en su teléfono a otros participantes un vídeo de un yihadista que hablaba francés y que había muerto en un atentado. Allí, presumió ante otros adolescentes de haber fabricado un detonador casero que se activaba con una llamada telefónica.