El pasado lunes se produjo una nueva agresión a un trabajador sanitario en Sevilla, concretamente en el Consultorio de Burguillos. El incidente se sumaba a otras dos agresiones registradas durante la semana pasada en centros de salud de la provincia.
Según una nota de prensa del Sindicato Médico Andaluz (SMA), este último episodio sucedió de la siguiente manera: "un paciente, enfurecido por el tiempo de espera", le profirió "insultos y amenazas, intentándo agredirle con dos muletas". La víctima, un médico de familia del mencionado consultorio, se vió obligado "a huir", quedando "visiblemente afectado por el impacto emocional".
Sólo unos días antes, en el Centro de Salud de Pino Montano A, otro sanitario había recibido un puñetazo con lesiones en la mandíbula y el cuello. Allí se organizó una pequeña protesta pública que reunió a trabajadores sanitarios y miembros del SMA.
Ahora, el Sindicato Médico ha hecho pública una carta abierta del doctor Carlos Maiquez Romero, víctima de la agresión con muletas en el Consultorio de Burguillos.
"Nunca piensas que te va a tocar"
"Nunca piensas que te va a tocar a ti", comienza diciendo este profesional de la salud en su carta. "El despido improcedente, el accidente de tráfico, la agresión gratuita. Siempre parece que le ocurre a otros", afirma.
"Ayer me tocó a mí". A continuación, reconocer haber "leído en la prensa distintas versiones sobre lo sucedido". Y escribe: "hoy quiero compartir mi perspectiva como médico", sin el objetivo de "representar a nadie, ni para ser la voz de ningún colectivo", advierte. "Solo para ser humano".
Así, comienza su relato: "Soy Carlos, médico de familia en un pequeño pueblo de Sevilla", comienza diciendo. "Por primera vez en mi vida, he temido por mi salud porque alguien decidió que yo merecía ser golpeado". Por suerte, señala, "los golpes no alcanzaron mi cuerpo, pero sí llegaron a planos mucho más profundos".
En la carta, este profesional de la salud intenta apelar directamente a sus pacientes, a quienes está dirigida: "Déjame robarte unos minutos. Esto te concierne más de lo que crees".
"Cada día pago peajes"
Desde hace más de 10 años, escribe, "he dedicado mis días a ayudar a otros a través de la evidencia científica". Un ejercicio que considera "un privilegio y un orgullo". Sin embargo, apunta, "para poder ejercer esta vocación, cada día pago peajes con los que no contaba".
A continuación aborda el problema de las listas de espera: "Yo, al igual que tú, también siento frustración, también pago impuestos y también espero una sanidad pública de calidad", explica.
Sin embargo, pide "un favor" a sus pacientes: "la próxima vez que acudas a un centro de salud recuerda que quien te atiende es una persona que quiere ayudarte, pero que hace lo que puede con lo que tiene".
El personal sanitario
En una breve "vuelta" por "un centro de salud", este sanitario explica lo que viven cada día los profesionales que lo integran:
"El personal de seguridad y limpieza recibe insultos, amenazas y desprecios diariamente. Para algunos, ni siquiera merecen el respeto que se otorga a otros profesionales", cuenta.
"El personal de administración es la primera línea de contacto", continúa. "A ellos les volcáis vuestras frustraciones: tiempos de espera interminables, meses aguardando pruebas, citas con especialistas que parecen un espejismo". Pero advierte: "nada de esto depende de ellos".
Respecto al personal de enfermería, "siempre al lado del paciente", Carlos recuerda en su carta que "soporta desplantes y desdén por 'no llegado a ser médicos'. Déjame decirte algo: sin enfermería, los médicos estaríamos cojos", concluye.
Ni "héroes" ni "villanos"
En el párrafo siguiente, Carlos se detiene en su rama profesional: "Y nosotros, los médicos, soportamos cada día malas caras, dudas sobre nuestras capacidades y, últimamente, hasta agresiones". Pero, recuerda: "soy una persona, como tú. Tengo miedos, dudas y sentimientos".
La pandemia, afirma, "nos convirtió en héroes momentáneos", con "aplausos a las 20:00 h y rotondas llenas de agradecimientos". Pero hoy, escribe, "esos mismos héroes están siendo olvidados y machacados".
"No somos ni héroes ni villanos", sentencia."Somos simplemente personas, intentando hacer nuestro trabajo lo mejor que podemos, sabiendo que al otro lado hay seres humanos que también sienten y sufren".