El Servicio de Neumología Intervencionista del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón ha logrado tratar una fuga aérea prolongada mediante la implantación de válvulas endobronquiales.
Este hospital se ha convertido en el primero de la sanidad privada en Sevilla en utilizar estos dispositivos para abordar esta afección, que suele presentarse en pacientes sometidos a resecciones pulmonares y que conlleva una hospitalización prolongada, además de un impacto negativo en su calidad de vida.
Las válvulas endobronquiales son pequeños dispositivos médicos que se insertan en los bronquios con el objetivo de redirigir el flujo de aire en los pulmones.
Según la doctora Beatriz Romero, neumóloga intervencionista del hospital, estos dispositivos permiten la salida del aire atrapado en las áreas dañadas del pulmón, pero impiden su reentrada, lo que favorece el colapso del área afectada y facilita la cicatrización.
"Con las válvulas endobronquiales conseguimos reducir la dificultad para respirar y mejorar, a fin de cuentas, la capacidad pulmonar y la calidad de vida de los pacientes, a la par que podemos evitar la necesidad de que se tengan que someter a una cirugía más invasiva", explica la doctora Romero.
Mínima invasión
Para la colocación de estas válvulas se emplea la broncoscopia, una técnica mínimamente invasiva que evita la cirugía abierta.
Como detalla la doctora Romero, este procedimiento se realiza tras un análisis de imágenes de TAC para identificar la zona más probable de la fuga aérea.
"En el procedimiento de la broncoscopia, vamos ocluyendo bronquio a bronquio con ayuda de un balón de taponamiento que nos permite comprobar, al taponarlo, en cual cesa la fuga aérea", explica la especialista.
"Mientras tanto", prosigue, "el paciente tiene un drenaje torácico conectado a un recipiente que cuantifica esa salida de aire. Una vez hemos seleccionado el bronquio responsable de la salida de ese aire, procedemos a la colocación de la válvula en ese bronquio", aclara.
El caso tratado en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón corresponde a un paciente operado para el estudio de un nódulo pulmonar, cuyo pulmón estaba afectado por artritis reumatoide.
Tras la resección del nódulo, el paciente desarrolló una fuga aérea persistente que requirió un drenaje torácico y una hospitalización prolongada.
"Gracias a estas válvulas se ha conseguido taponar el bronquio correspondiente a la zona dañada, y de esta forma colapsar esa zona y así cerrar la fuga, consiguiendo retirar el drenaje torácico y que el paciente pueda estar en casa", concluye la doctora Romero.