El Sábado Santo no es el último día de la Semana Santa de Sevilla pero casi. Tiene sabor a despedida porque cuando se cierran las puertas de San Lorenzo, en la plaza del mismo nombre, solo queda ya ver El Resucitado.
Los sevillanos lo saben. Y despiden la Semana Santa con un gesto que, quizás, quien venga de fuera no conozca. Cuando el paso de la Soledad, una talla del siglo XVI, entra en su templo, se cierran las puertas.
Antes, en la misma plaza, se vive otro de los grandes momentos de la Semana Santa de Sevilla. Los saeteros le cantan a la Virgen en una sucesión porque todos quieren ser el que cierre la semana.
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Cuando todo acaba, se cierran las puertas. Y ahí es cuando los sevillanos acuden a la puerta y dan tres golpes con la mano. Señal de que se ha cerrado una Semana Santa, de que todo ha salido bien y de que se espera ya la siguiente.
La hermandad, para quien quiera verla entrar, tiene 1.100 nazarenos y va sin música. El tiempo de paso es de unos 40 minutos, pero puede que sea algo más en este punto tan especial de su recorrido.
La Canina
No es el único momento interesante del día. Porque ese día sale en Sevilla El Santo Entierro. Pero casi nadie le conoce así en la ciudad. Es La Canina. Esta hermandad con tres pasos es una de las más reconocibles del día y de la Semana Santa.
Con tres pasos, como el Santo Entierro, está La Trinidad. También sale El Sol, una de las más nuevas de la Semana de Sevilla. Y Los Servitas, que es del siglo XVII.
El Sábado Santo es un resumen de lo nuevo, lo antiguo, las tradiciones y las innovaciones. Pero cualquier sevillano que se precie y al que le guste la Semana Santa sabe que, cuando la Soledad pone el broche final al día, es momento de ir a tocar tres veces su puerta.