La gastronomía es uno de los factores más decisivos a la hora de elegir un destino vacacional. Por este motivo, más allá de sus costas, miles de personas eligen cada año la provincia de Cádiz.
La oferta de productos de sus pueblos es rica y variada. La fama de algunos como Sanlúcar de Barrameda o Barbate incluso trasciende las fronteras por las tortillitas de camarones o por la calidad de su atún rojo, respectivamente.
No obstante, hay uno que destaca especialmente, al menos este año. Se trata de Conil de la Frontera, que ostenta el título de Ciudad Gastronómica 2024, un sello de calidad que se estableció en 2022. Ha sucedido a Jabugo, mientras que Barbate fue la distinguida en la primera edición.
Tal como explican en su página web se trata de "un proyecto formado por profesionales del sector hostelero y del periodismo gastronómico". Sus objetivos son "dar valor, difundir y fomentar la cultura gastronómica española a través de las ciudades más destacables en este ámbito".
Los promotores de este reconocimiento destacan la "privilegiada localización" y "sus excepcionales productos del mar y de la huerta". Además, "su compromiso en fomentar la cultura gastronómica a través de la organización de eventos anuales" ha sido otro de los elementos decisivos.
Un pueblo blanco con encanto
Conil de la Frontera es un municipio de poco más de 20.000 habitantes que cada año llega a cuatriplicar su población en verano, según los meses. Es uno de esos pueblos con encanto de la provincia de Cádiz. Pasear por sus calles empinadas ya merece la pena.
A su coqueto casco Antiguo se entra por el Arco de la Villa, donde todos los turistas suelen hacerse la foto. Allí es posible contemplar algunos de sus monumentos más destacados como la Parroquia de Santa Catalina o la Torre de Guzmán. En la Plaza de España, el centro neurálgico del pueblo, esta la estatua que homenajea a José Saramago. Aparece sentado en un banco mientras lee un libro a un niño.
No obstante, lo que más llama la atención de Conil es su vida. Gastronómicamente ofrece todo tipo de opciones. Hay varios restaurantes con precios altos, pero son muchos los locales que ofrecen calidad a precios económicos.
El atún, la estrella
El atún es el producto estrella, con recetas múltiples en todas las cartas. Las carnes de retinto también tienen mucha presencia, al igual que los productos de la huerta. El pescado frito también es otra de las especialidades. También hay variedad de arroces. Todo regado con vinos de Cádiz.
En Conil es posible comer prácticamente de todo y también hay cabida para la fusión, pues sus locales suelen estar a la última en cuanto a tendencias. De hecho, el que tiene mejor puntuación en Tripadvisor es el Taj Mahal, un restaurante de comida india.
Feduchy, Malabata o La Mejorana también están entre los más destacados. Hay tabernas tradicionales como Los Hermanos, donde la parada es obligada y restaurantes perfectos para darse el homenaje como Francisco Fontanilla o El Timón de Roche.
Catorce kilómetros de playa
Asimismo, también es posible almorzar manjares de la tierra en chiringuitos como La Ola. No hay que olvidar que Conil es, además de todo lo señalado, un paraíso marítimo con 14 kilómetros de costa. La mayoría de la gente se concentra en las playas urbanas de Los Bateles y La Fontanilla.
No obstante, hay arenales más apartados y menos masificados como Castilnovo y entornos como el de las Calas de Roche, con ambientes para todos los gustos. En algunas de estas playas se practica el nudismo. Su ubicación es además estratégica. Está a pocos kilómetros de El Palmar y de Los Caños de Meca.
La gastronomía es solo una de las excusas para acercarse a Conil de la Frontera, un pequeño pueblo que reúne en sí mismo todas las virtudes de la provincia de Cádiz.