A estas alturas, dar con alguna playa que es poco conocida y que no esté repleta de gente durante los meses estivales se convierte en misión imposible. Sin embargo, los arenales de Huelva aún mantienen algunos rincones que son un poco menos frecuentados.
Los encantos onubenses son muchos y la extensión de sus playas permite perderse en ellas y esquivar la masa de veraneantes equipados con toda clase de bártulos estivales que invaden la costa durante los meses de verano. Además, la brisa del Atlántico le quita el protagonismo al tórrido clima veraniego.
Sin embargo, dentro del término municipal de Punta Umbría, hay múltiples posibilidades. Incluso en varios de ellos es posible esquivar las masas.
El Paraje Natural Marismas del Odiel, la laguna de El Portil o el Bosque de los Enebrales son algunos de los atractivos turísticos que ofrece este municipio de la provincia de Huelva. En los últimos años se ha convertido en una opción muy demandada por veraneantes de toda España, pero sigue escondiendo territorios prácticamente vírgenes.
Playa del Portil
A la playa de El Portil la abraza la naturaleza por los cuatro costados. Se trata de el destino ganador para quienes buscan disfrutar sus días de descanso de la mano de la flora y fauna onubense. Ésta es una playa de arena fina y un arenal de más de cuatro kilómetros de largo y 40 metros de anchos. Además, la laguna de El Portil le aporta ese encanto que a tantos veraneantes encandila.
La marea es la encargada de dotar a la playa de más o menos agua. Por esto mismo - y porque en este litoral hay instalaciones en las que practicar deportes náuticos - es una de las playas más frecuentadas por las familias.
Playa de Los Enebrales
Se trata de una de las playas más vírgenes de la Costa de la Luz. Para acceder a ella tendrás que cruzar un bosque. Además de tener el árbol que le da nombre a la playa, también está habitado por el pino piñonero, el lentisco, el romero y el espino negro por una pasarela de madera.
Ver el atardecer en este arenal es obligatorio. Los juegos de luces y colores que ofrece el sol cada día en su ocaso son espectaculares.
Es un arenal extremadamente amplio y está abierto al Atlántico. Por ello, son muchos los veraneantes que visitan cada año esta playa. Las aguas cristalinas que la bañan son otro de los atractivos de este rincón andaluz.
Playa de La Bota
A esta playa también se le conoce como playa Del Cruce y está a escasos kilómetros del casco urbano. Esto último hace que sea una de las más frecuentadas durante los meses estivales, pero esto es algo que no impide disfrutar de la calma, tranquilidad y desconexión que tanto se buscan durante los meses de verano.
Por su cercanía a la ciudad no es una playa virgen. Se le considera el litoral perfecto para quienes quieren 'bajar a la playa' a leer y coronar la jornada con una cerveza refrescante en uno de los chiringuitos aledaños.
Playa de la Ría
En este paraje se fusionan varias aguas: la del Atlántico, los afluentes de los ríos Tinto y Odiel. Se trata de una playa portuaria. A lo largo de ella se pueden encontrar instalaciones tanto pesqueras como deportivas. Los barcos sobre el agua celeste como fondo crean una imagen de película.
La unión del verde de los árboles con el azul del agua y el naranja de los ocasos da como fruto un espectáculo visual que invita a observar y relajarse.