Quedan pocos días para volver a la rutina. Madrugar, ir a trabajar o al colegio y no pasar la mayor parte del día en la playa o la piscina es lo que toca a partir de ahora. Por eso mismo, también hay que buscar opciones de comida que nos cargen la energía que necesitamos para hacerle frente a la vuelta de las vacaciones.
No hay comida más contundente y que aporte vitalidad que un plato de cuchara. Por ello a principios de septiembre ya asoman por los fogones los guisos que tan bien sientan los días de otoño e invierno.
En los bares de Sevilla se mezclan todo tipo de recetas para dar lugar a una explosión de sabores y una experiencia gastronómica digna de repetir. Es el caso de un establecimiento sevillano de los de siempre; de los de cuchara, pan y pescaíto frito.
Desde 1982, el barrio de Los Remedios lleva acogiendo en la calle Virgen de las Aguas Santas el bar La Cañera. Desde hace más de 40 años está abierto este templo de la cocina española.
El barrio de Nervión, concretamente en la avenida de La Buhaira también tiene la suerte de poder disfrutar de las recetas caseras y tradicionales de este bar. Un lugar castizo, con una decoración típica que es conocido, entre muchos otros manjares, por su menudo.
De sus fogones sale este guiso que muchos se plantean volver a pedir en su próxima visita a La Cañera. En este plato de salsa cremosa con un toque picante y un olor que te hace girar cuando pasa por tu lado, los protagonistas indiscutibles son los callos de ternera.
Estos cachitos de carne van acompañados únicamente de trozos de manitas de cerdo deshuesadas. Una compañía que, lejos de perjudicarle, potencia el sabor de la carne y la melosidad del plato.
El personal de dicho bar con solera y acento sevillano sabe bien que es lo que les gusta a sus clientes. Por ello, en las mesas siempre hay un buen trozo de pan calentito para no faltar al ritual al que el final del plato da paso: rebañar.
Una carta llena de síes
Sin lugar a dudas, a La Cañera se le conoce sobre todo por su famoso guiso, pero el arte de sus trabajadores para la cocina no se queda ahí. Uno de los platos más populares de su carta son los mini mejillones al ajillo, toda una explosión de sabores que no deja indiferente a nadie.
Por si fuera poco, aquí los cocineros también están especializados en la fritura. El pescaíto frito es otro de sus síes obligatorios para todo aquel que visite este bar sevillano.