Comer bien y tapear es una de las prácticas más llevadas a cabo por cualquier sevillano. Pasar un rato en alguna de las miles de terrazas de las que goza la ciudad supone una afición para muchos. Eso sí, nadie quiere dejarse un dineral o que le den un 'sablazo'.

La mejor opción de Sevilla para una comida de calidad sin precios desorbitados puede encontrarse en tres barrios de la ciudad. El Museo, Triana y El Porvenir son los encargados de acoger esta oferta gastronómica que muchos ya han degustado.

Se trata de Barrabar's. Lo más llamativo y sorprendente es la relación calidad precio. Solo entrar en alguno de sus tres establecimientos puede hacer pensar que, debido a su decoración y esmero por los detalles, debe tratarse de un restaurante no para todos los bolsillos.

Todo lo contrario, en su idea de innovar con productos de la cocina sevillana tradicional, Barrabar's ofrece una amplia carta donde la ejecución es la protagonista y el precio es asequible para cualquier público.

La estética es una de las cuestiones que más llaman la atención en los locales de este grupo de restauración. Nada queda al azar y la cubertería es protagonista dentro de esta decoración, donde las cucharas hacen las veces de bombilla o del pomo de la puerta del cuarto de baño.

'Una ventana de sabor'

Así definen desde el restaurante su oferta culinaria. Aquí se combinan platos típicos, como por ejemplo el pollo frito -"una apuesta segura"- con apuestas innovadoras tales como el revuelto de chistorra y langostinos. Las albóndigas con tomate o los chipirones a la plancha son otros de sus platos a destacar.

La mayoría de platos tienen la opción de ser convertidos en tapas, bastante generosas, cuyos precios oscilan entre los tres y cuatro euros. La mejor opción es probar todas las posibles, ya que los productos ofrecidos por Barrabar's ya han cautivado a cientos de comensales en sus tres locales. 

El bacalao con tomate, las patatas con choco y los filetes rusos "de toda la vida" son otras de las sugerencias que ofrece el restaurante, donde además, se puede cerrar por todo lo alto con alguno de sus postres, como la torrija con dulce de leche y helado de vainilla.