"Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo; lo peor es que puede que tengan hasta razón". Esta frase de Antonio Gala puede que resuma de la manera más certera lo que significa la ciudad de Sevilla.
En cada rincón, cuando se cree que ya se conoce la ciudad de principio a fin, esta tiene la capacidad de volver a sorprender. Una especie de magia donde y cuando menos te lo esperas. La misma que inunda a los comensales de este antiguo mesón en todo el centro de la ciudad.
Lo que en el siglo XV fuera un convento hoy es un restaurante que destaca por tener uno de los patios más bonitos de la ciudad. Cuenta con tres plantas y en la superior, tiene una terraza donde poder degustar de la comida tradicional sevillana con La Giralda como acompañante.
Se trata del Mesón Don Raimundo, en pleno centro de Sevilla. Forma parte del sello de calidad Sabores de la Provincia de Sevilla por el trato al producto y el consumo de materias primas locales.
Este restaurante no destaca solo por su gastronomía, sino que hoy en día y gracias al coleccionismo de su fundador Don Raimundo, sus instalaciones forman parte de otro de los museos de obligada visita en Sevilla.
La historia
Rosario Méndez es la que da nombre a este patio, el patio de Rosario. Nació en Sevilla y creció como muchos de su generación en un patio de vecinos de la barriada de San Julián.
Conoció a Raimundo Fernández, creador del Grupo Don Raimundo. Se casaron y formaron una familia, la que actualmente está al mando de este negocio.
Su patio está lleno de historia, ya que forma parte de un antiguo convento del siglo XV y su estructura se ha conservado a lo largo de los años.
El restaurante Mesón Don Raimundo fue fundado en 1967 por su propietario Don Raimundo Fernández, original de Sanlúcar de Barrameda, amante y conocedor de la cocina andaluza tradicional del bajo Guadalquivir.
Qué comer
Una nueva sugerencia de la cocina tradicional andaluza despierta cada día la curiosidad y apetito de su clientela. La oferta gastronómica es, como casi siempre, la principal en Sevilla. La importancia la tiene sobre todo el producto y la ejecución, los mismos métodos desde hace siglos.
Productos de la tierra, apuesta que Don Raimundo introdujo en su día y que siguen sorprendiendo a cientos de paladares. Como buen restaurante con orígenes sanluqueños, no podía faltar la tortillita de camarones entre sus sugerencias.
La cola de toro, las costillas de jabalí al horno de leña o la perdiz con arroz son las mejores opciones para los amantes de la carne. Recetas tan ancestrales como exitosas.
La cazuela de huevos a la flamenca o la friturita de pescados del sur es otra demostración de la apuesta de este mesón de comida tradicional sevillana que tanto triunfa entre los comensales.
Otra de sus ofertas suculentas es la torta de berenjena rebozada y frita, con mermelada de naranja natural de Sevilla. O la aguja de gambas con chanquetitos al ajillo, que disipa las dudas solo con escuchar el nombre.
Para cerrar la comida y la visita al Mesón Don Raimundo, es imprescindible probar sus postres. Elaborados en Los Ángeles, su propio obrador de pastelería artesana que lleva abierto desde 1932, con establecimientos abiertos en El Arenal, Los Bermejales y Santa Catalina.