La provincia de Sevilla tiene destinos muy variados. Siempre es posible adaptar la escapada a las necesidades de cada ocasión. Ya en octubre, son muchos los que piensan en planes campestres para saborear el otoño desde la mesa.
En cada uno de los 106 pueblos de la provincia hay materia prima para disfrutar de una escapada gastronómica de calidad. En este mes apetecen destinos rodeados de naturaleza, que en esta época empieza a adoptar esos típicos tonos ocres tan acogedores.
El senderismo y el producto de cercanía son algunos de los alicientes más buscados. En la provincia de Sevilla son varios los pueblos de sierra que reúnen todos estos ingredientes. Tanto en la Norte como en la Sur hay potencial de sobra para relajarse y dejar al lado el ruido de la ciudad mientras se prueban recetas autóctonas.
Entre todas ellas, Constantina quizás sea una de las mejores opciones. En primer lugar, porque la tranquilidad reina en este pueblo de casi seis mil habitantes. Es algo que ya empieza a echarse en falta. Una vez superado septiembre, las vacaciones ya están demasiado lejos para la mayoría.
En cuanto a la gastronomía, es un pueblo con mucha variedad de materias primas donde destacan las setas, las de álamo y las gallipiernas son las más típicas de la zona. Se sirven fritas o en salsa. También destacan los 'faisanes', la forma popular de llamar al boletus edulis.
Asimismo, Constantina ofrece la oportunidad de recoger la materia prima con las manos. Aunque por las altas temperaturas la temporada puede retrasarse, se espera que al menos en las últimas semanas de octubre aparezcan las primeras setas por sus campos. Es un pueblo con mucha tradición, donde incluso se organizan unas jornadas micológicas en noviembre.
Carnes, vinos y embutidos
Las carnes de caza, cuya temporada empieza en octubre, también son parte indispensable de la cocina de este pueblo. Recetas como las calderetas de venao, jabalí o la perdiz en escabeche revitalizan a cualquiera.
En Constantina también hay una amplia tradición de embutidos con varias empresas autóctonas. También es tierra de aceitunas y, por tanto, de aceite de oliva. No se queda atrás el vino. En la bodega La Margarita se hace Zancúo, uno de los más famosos de la provincia.
El cóctel gastronómico lo completan los dulces del Convento de Monjas Jerónimas, donde son muy conocidos sus mazapanes de naranja. Para no abandonar la mesa, sus destilerías elaboran diversos licores y anises artesanos.
Por supuesto, son varios los espacios gastronómicos donde comprobar de primera mano todo lo que tiene que ofrecer este pueblo. Bodeguita Fali II, Asador Los Navarro Cambio de Tercio, o Bar El Alcornoque son algunos de ellos, pero paseando por sus calles resultará sencillo toparse con nuevos descubrimientos gastronómicos.
Para terminar la visita a Constantina es imprescindible visitar su castillo de origen árabe. Desde él se puede contemplar la Sierra Norte y respirar aire puro, una experiencia idónea para desconectar en este mes de octubre.