La respuesta de la mayoría de sevillanos al preguntarles en qué sitios veranean, seguramente, va a estar entre tres posibles destinos. Málaga, Cádiz y Huelva. Todas estas provincias se han forjado como algunos de los mejores lugares para pasar la jornada de vacaciones cerca del mar y la tranquilidad.
Pero ahora, con los termómetros cayendo a plomo, los cielos encapotados y las lluvias asomándose, el plan de pasar un domingo entre la arena y el mar pasa a un segundo plano. Y es que los amantes de la naturaleza y el descanso cambian la sombrilla y la tumbona por la ropa de deporte y la botas de montaña.
Al hilo de esto, la provincia de Huelva no solo dispone de verdaderos paraísos caracterizados por amplios arenales y aguas cristalinas. Sino que también posee un amplio abanico de lugares en los que se puede disfrutar del senderismo.
El municipio de Galaroza es uno de esos puntos en los que se encuentran verdaderas joyas. En esta pequeña localidad onubense apenas viven 1.300 vecinos. Sus calles empedradas y casas encaladas lo convierten en uno de los rincones de postal de la provincia.
Se encuentra en pleno parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Una ubicación que hace que esté en la lista de los mejores lugares de la provincia para practicar actividades al aire libre y disfrutar de la naturaleza.
Tal y como muestra la página web del Ayuntamiento de Galaroza, actualmente el municipio cuenta con diez rutas posibles para hacer senderismo. Entre ellos se encuentra el Camino al Mirador de Santa Brígida, en el que es posible divisar el conocido como Valle Encantado.
Entre las otras opciones de senderos también están el camino de Talenque a Valdelarco -este pueblo está considerado el más bonito de la sierra onubense-, la ruta que lleva desde Galaroza hasta Jabugo y otro más que conduce a Las Chinas. Este último, gracias a su terreno, se ha convertido en una de las mejores propuestas para hacer con los más pequeños.
La gastronomía de Galaroza
En el interior de la provincia onubense, además de recorridos repletos de encanto, se esconden verdaderos manjares para los fanáticos de la carne, los quesos, los frutos otoñales y las setas.
En sus cocinas se elaboran una gran cantidad de tesoros culinarios que no dejarán indiferente a nadie que se anime a probarlos. Las recetas destacan por estar protagonizadas por carnes de caza y también productos derivados del cerdo como el jamón o la chacina.
Del mismo modo, los maestros cocineros de este rincón de la sierra confeccionan platos caracterizados por el fruto otoñal por excelencia: la castaña. Esta no solo se come asada, sino que también supone el complemento perfecto para otro tipo de elaboraciones tanto dulces como saladas.
Otro de los puntos fuertes de la gastronomía de Galaroza son las setas. Una vez comenzada su temporada, los boletus y níscalos inundan las cocinas de las que se dispensan sabrosos menús.