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La manera de hablar de los sevillanos y sevillanas se caracteriza por varias particularidades que reflejan su cultura y tradición. Los sevillanos emplean numerosas expresiones y palabras típicas que pueden no ser comprendidas en otras partes de España. 

El habla sevillana también ha sido influenciada por su rica historia cultural, incluyendo el flamenco y otras tradiciones, lo que se refleja en el uso de ciertas palabras y expresiones relacionadas con la música y la fiesta. Esta combinación de características le da al habla de los sevillanos un toque muy particular y acogedor, que refleja su forma de ver la vida y su sentido del humor.

En consecuencia, son muchos los términos que utilizan en Sevilla y que no se usan en el resto de España. Es el caso de la palabra que se usa en Sevilla para referirse a los padres y las madres.

La palabra que se usa en Sevilla para referirse a los abuelos

Cabe destacar que en castellano se utiliza la palabra "padre" o "madre" para referirse a los progenitores de una persona. Más bien podría decirse que "padre" es el "varón" en relación a su hijo y "madre" se refiere a "mujer" en relación a sus hijos, pues no necesariamente tendría que ser su progenitor. En consecuencia, estos son los términos más comunes que podemos escuchar en toda España.

Como ya se mencionaba anteriormente, los términos castellanos comunes son "padre" y "madre". Sin embargo, en Andalucía se suele escuchar mucho "viejo" para "padre" y "vieja" para "madre".

La expresión "viejos" en este caso referirse a los padres tendría un uso cariñoso y coloquial, que en algunas ocasiones podríamos escuchar en forma de diminutivo, es decir, "mi viejito" o "mi viejita". 

Esto tiene que ver con que en muchas sociedades rurales, la jerarquía familiar estaba muy marcada, y las figuras paterna y materna, con el paso de los años, se convertían en los "mayores" de la familia, es decir, en los más respetados y con más autoridad. Al llamarlos "viejo" o "vieja", no se hacía referencia a la edad de manera peyorativa, sino como una señal de reconocimiento de su sabiduría y experiencia acumulada con el tiempo.

En muchos casos, estas palabras se emplean en un contexto de cercanía y cariño, de la misma manera que en otras zonas se utilizan términos como "papa" o "mama". Decir "mi viejo" o "mi vieja" tiene una carga afectiva, que en muchos casos refuerza el vínculo emocional entre padres e hijos.

En un lenguaje más cotidiano y coloquial, el uso de estos términos también podría estar relacionado con el tono relajado y natural de ciertas conversaciones familiares, en las que las palabras que en otros contextos parecerían fuertes se suavizan por el vínculo emocional entre quienes las usan.

Este tipo de expresiones varía mucho dependiendo de la región y la cultura dentro de España, y en algunos lugares puede no ser común en absoluto. Sin embargo, en los contextos en los que sí se utiliza, lo esencial es que el tono y la relación entre padres e hijos determinan que se perciban como términos de respeto y afecto, más que de menosprecio.

En el habla sevillana, como en la de muchas otras regiones, se tiende a utilizar un lenguaje que refleja cercanía y cariño. Usar términos que pueden parecer despectivos en otro contexto, como "viejo" o "vieja", en realidad puede ser una forma de expresar afecto. Es común en Sevilla que las familias tengan un trato cálido y cercano, donde se utilizan este tipo de expresiones de manera cariñosa.

Abuelo sosteniendo a su nieto de la mano.

La tradición oral en Andalucía es fuerte, y muchas de las expresiones populares y coloquiales se transmiten de generación en generación. Esto hace que ciertas palabras y formas de hablar se mantengan en el uso cotidiano, reforzando la identidad cultural de la región.