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Imagen de un dolmen. Sevilla
El sendero de Sevilla perfecto para empezar con fuerza febrero: con restos de la Edad de Bronce y repleto de animales
Se trata de una de las rutas favoritas para aquellos que quieren fusionar historia y naturaleza.
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La cuesta de enero se ha hecho demasiado larga y pesada a más de uno. Hace mucho que concluyeron las vacaciones de Navidad y falta un mes para que llegue el primer puente del año, el que regala el día de Andalucía. Pero, mientras que llega y no, los sevillanos han aprovechado los fines de semana para escaparse de la ciudad y de la rutina.
El próximo sábado empieza febrero, una oportunidad para empezar a encarar la vida con otros ojos. Como todavía no hace tiempo para irse a la playa, los planes de campo afloran y se alzan como los favoritos.
Tanto la provincia sevillana como las que la rodean ofrecen una amplia variedad de rutas de senderismo. Cada una con sus características y peculiaridades. Por lo que no hay excusas para no disfrutar de un rato rodeado de naturaleza y alejado del barullo de la ciudad.
Entre todas las opciones que se encuentran en Sevilla, destacan las ubicadas en la Sierra Norte. Concretamente, la ruta de los Dólmenes es una de esas travesías que siempre están presentes en la cabeza de los amantes de las actividades al aire libre.
Se trata de una alternativa ideal si lo que se pretende es estar rodeado de verde y contemplar vestigios históricos. Parte desde el municipio de Cazalla de la Sierra. El punto de partida regala a los visitantes impresionantes panorámicas que anuncian cómo de espectacular será el recorrido.
Las características de la ruta
La travesía abarca un recorrido de alrededor de diez kilómetros que comprende una duración de tres o cuatro horas, dependiendo del ritmo y las paradas que haga el caminante.
Es un sendero sin mucha dificultad, sin embargo, algunos tramos tienen un terreno más irregular. Esto último provoca que hacer la ruta con niños no sea lo más idóneo. A lo largo de todo el recorrido, los senderistas podrán ver animales como ciervos, jabalíes y otras aves rapaces.
No obstante, la joya de la corona es su conjunto de dólmenes. Unas 'construcciones' que consiguen crear un entorno único y que transportan a los visitantes a la Edad de Bronce. El camino hasta estas reliquias de la historia está lleno de bosques de alcornoques y encinas, una estampa típica de la sierra sevillana.
Las joyas de la corona
Concretamente, las piezas que se pueden ver en este sendero son el dolmen de La Lapa -uno de los más conocidos-, el de El Dedo y el de La Corona. Todos estos tuvieron la función de monumento funerario cuando se colocaron, hace más de 5.000 años. Aunque no son los únicos dólmenes que se encuentran en España, sí son de los pocos que hay en Andalucía.
A estas piedras gigantes les hacen compañía un gran arsenal de restos arqueológicos como molinillos de aceite, las denominadas como tumbas antropomorfas -agujeros excavados en la piedra con la forma del cuerpo humano- y cerámicas y monedas que datan de la época de los romanos.
Todos estos elementos confirman que esta zona de la provincia de Sevilla ha estado habitada desde hace miles de años. Además, junto a la vegetación y los animales que la componen, se convierte en un sendero de lo más completo e ideal para hacer los días en los que el sol brilla por su ausencia.