
El pueblo de Sevilla que fue capital de España durante un verano.
El pueblo de Sevilla que fue capital de España durante un verano: allí se instaló Felipe V con toda su Corte
Un pueblo de Sevilla se convirtió en capital del reino durante unos meses del verano de 1730 cuando Felipe V decidió trasladarse para descansar.
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A lo largo de la historia, varias ciudades de la Península Ibérica han sido capital de España o de los reinos que la precedieron. Entre ellos, Toledo, Valladolid, Barcelona o Cádiz, entre otros ejemplos.
Sin embargo, ¿sabías que un pueblo de Sevilla también fue capital España durante un tiempo? Concretamente, durante unos meses del verano de 1730, momento en que el rey Felipe V se instaló allí con toda su Corte, conformada por más de 1.500 personas.
Este lugar fue Cazalla de la Sierra,un municipio español de la provincia de Sevilla, Andalucía. Concretamente, está ocalizado en la Sierra Norte y forma parte del parque natural de la Sierra Norte de Sevilla, limitando con la comunidad autónoma de Extremadura.
Tal y como cuentan desde Viajes National Geographic, este acontecimiento está representado en un mural de azulejos ubicado en el patio del Palacio de San Benito, un edificio que refleja el talento de su restaurador para revitalizar el patrimonio histórico.
Este hecho histórico ocurrió en 1730 cuando el rey Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en España, decidió trasladar la corte a Cazalla de la Sierra durante el verano. Agotado y sumido en episodios de depresión, buscaba un lugar tranquilo y con un clima más fresco que el de Sevilla para recuperarse. Así, durante varios meses, esta localidad serrana albergó a la corte y se convirtió en el centro del poder en España. Aunque fue un periodo breve, dejó una huella imborrable en la historia del municipio.
Cazalla de la Sierra cuenta con un legado arquitectónico impresionante, fruto de su pasado vinculado a la nobleza, el clero y la importancia que tuvo en distintas épocas. Entre sus monumentos más destacados se encuentran:
- El Palacio de San Benito, una antigua ermita de finales del siglo XV que ha sido rehabilitada como un hotel rural con un aire palaciego.
- Si seguimos por la calle de San Benito, llegaremos a una de las dos destilerías de anís que aún permanecen activas en Cazalla de la Sierra: El Clavel. Al final de esta calle, el recorrido nos lleva hasta la plaza del Concejo, un lugar con gran relevancia histórica, ya que fue aquí donde se hospedó Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en España, cuando llegó a la localidad.
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Luego está la calle Real, que nos lleva directamente a la Plaza Mayor de Cazalla de la Sierra, donde nos impresiona la imponente iglesia de la Consolación, catalogada como Bien de Interés Cultural y antiguamente denominaba como "Catedral de la Sierra Norte".
- El Monasterio de la Cartuja, en el que se ofrece alojamiento a quienes deseen descansar en una de las suites y habitaciones que en su época fueron las celdas de los monjes legos del siglo XV.
- Las antiguas casas señoriales, testigos de la prosperidad que alcanzó la villa en distintas épocas.
La gastronomía de Cazalla es otro de sus grandes atractivos. Destacan sus embutidos ibéricos, especialmente el jamón de bellota y el lomo. También es famoso su anís, un licor tradicional que se elabora en destilerías centenarias.
Cada año, la localidad celebra fiestas y eventos que mantienen vivas sus tradiciones, como la Semana Santa, la Feria de Cazalla o las festividades en honor a su patrona, la Virgen del Monte.
En definitiva, Cazalla de la Sierra no solo es un destino de gran belleza natural y cultural, sino que también cuenta con una historia única, que la convirtió temporalmente en el epicentro del reino de España.