Sevilla es tierra de montaditos. En cada uno de sus bares, desde el centro a la periferia, hay reliquias a destacar. Una de ellas es el mantecadito al whisky. No es más que solomillo al whisky entre dos panes, con patatas en su interior, pero tiene su ciencia.
El mejor de todos, o al menos uno de ellos, está en un bar muy curioso. Queda un poco escondido, ya que está en la esquina de una calle estrecha, Corral del Rey, justo detrás de la Plaza de la Alfalfa.
En cualquier caso, este bar está en la memoria de todos los sevillanos por su particular nombre, En la espero te esquina, un llamativo juego de palabras que hace referencia a su ubicación.
La decoración es otro de los detalles que caracterizan al establecimiento. Sus paredes están llenas de fotografías de imágenes y pasos de Semana Santa. No queda casi ningún hueco libre. Lógicamente, es sitio de encuentro obligatorio para los cofrades.
Sin embargo, lo que más destaca es su gastronomía tradicional. Su carta es un compendio de tapas típicas hechas con maestría. Entre todas ellas destaca el mantecadito al whisky. Suele ser la primera opción para todos los que visitan el bar.
Lo hay en tamaño grande y pequeño. Para poder probar más tapas, muchos se decantan por el formato mini. La textura del solomillo junto a la suavidad de la salsa y las patatas componen un todo.
Hay mucho más que el mantecadito en la carta de En la espero te esquina, al que muchos acostumbran a cambiar el nombre, pero nunca olvidan. Emparedados como el 'Esquina', de carne picante, suelen ser muy demandados. También los hay de gambas y de roquefort.
Suelen servir mucho el flamenquín de ternera y salsa de queso viejo, donde el aliño de la carne no es el típico de todos los bares sevillanos. Las croquetas de queso de cabra, las patatas bravas, las albóndigas de choco y el chipirón en salsa verde también están entre las tapas más pedidas.
Desde 1959
El bar fue fundado en 1959 y vive una época de máximo esplendor en la actualiad. No tiene terraza, pero suelen ser muy habituales las colas para encontrar sitio. No obstante, no hay que esperar demasiado, ya que tiene mucho espacio.
Además de en la barra, se puede comer en algunas de sus mesas altas situadas justo enfrente. Dispone de dos amplios salones que dan cabida cada día a cientos de personas.
El mantecadito al whisky es sin duda una de las señas de identidad de En la espero te esquina. Este bar es una de las referencias de cocina tradicional que quedan en el centro de Sevilla, donde las nuevas aperturas suelen estar más enfocadas a la innovación.