La tapa más curiosa y sabrosa de Sevilla no son ni los montaditos ni las ensaladillas con emulsiones de mayonesas modernas. El plato más original y que lleva décadas arrasando en la capital de Andalucía está en un bar de Triana alejado de las rutas de turistas.
El bar que sirve este plato, aunque no es muy conocido fuera de Sevilla, sí que puede presumir de que ha recibido un premio de la Sociedad Gastronómica de Nueva York. Fue en 1987.
Porque el bar lleva décadas sirviendo tapas y platos sevillanos típicos. Pero uno en concreto es que el más conocido lo hace. Se trata de Casa Ruperto, en Triana, donde una de las estrellas de su carta es los pajaritos fritos.
¿Pajaritos fritos? Sí. Aunque suene extraño, en Casa Ruperto los sirven enteros, en su punto justo para que no resulten aceitosos. Para comerlos solo hay que tener un poco de pericia a la hora de ir sacando la carne a los muslos y alitas.
En realidad lo que se sirve en este bar no es lo que, desde siempre, se han llamado pajaritos fritos. Los prohibieron en 2003. Por eso lo que sirven en Ruperto son codornices fritas.
Hasta 200 pajaritos al día
El resultado es un plato sabroso y original. Preparan, explican desde el bar, hasta 200 diarios. Dan fe los veladores que hay en las puertas de su local, una zona peatonal donde la gente come de pie frente a mesas altas. En las mesas abundan los restos de estos pajaritos y las muchas servilletas porque los pajaritos se comen con las manos.
Hay más secretos para esta tapa de pajaritos que son, en realidad, codornices. Las fríen después de macerarlas varios días. De ahí el sabor característico que tienen en Casa Ruperto.
La carta de Casa Ruperto es corta pero bien armada. Tienen los platos que bordan como los montaditos de pringada, de serranito o de roquefort. También tienen, en temporada, caracoles y cabrillas. Y los pinchitos son un plato que también hacen estupendos.
El bar está escondido en la calle Santa Cecilia, de Triana. El público es cien por cien local. Hay desde vecinos que paran un momento a tomar una cerveza y unos pajaritos hasta quienes se acercan solo para poder tomar la especialidad del bar.
Cerca del Altozano y del Puente de Triana, a un paseo tiene la parte más monumental de Triana. Un poco más allá, la Cartuja, donde quienes visten Sevilla pueden ver lo que ha quedado en la ciudad de la Expo 92.