Sevilla

En Sevilla -y en Andalucía entera- pervive la costumbre de comer o cenar en la calle a base de tapas. Estas pequeñas raciones son ideales para poder probar todo tipo de platos y que al final la cuenta no sea desorbitada. 

Tapas de croquetas, de solomillo al whisky, de carrillada o ensaladilla. En los bares hispalenses apenas hay excepciones cuando se habla de despachar tapas de comida tradicional. Pero no es nada habitual ver en formatos pequeños los platos típicos de la comida italiana.

Entre la multitud de ristorantes que hay en las calles de la capital se pueden encontrar todo tipo de opciones. Una barra omakase -dónde los cocineros preparan las pizzas delante de los clientes mientras que van explicando todo el procedimiento-, o los restaurantes italianos al uso, en los que el camarero con camisa y traje desfila por la sala con las manos hacia atrás.  

Pero en la calle Feria ha surgido una nueva modalidad. Desde 2016 está abierto La Locanda di Andrea, que desde entonces es el único italiano donde se sirven tapas de pasta.

El dueño de este local es Andrea Marabini, un italiano de 35 años que se enamoró de Sevilla cuándo vino a "vivir una experiencia en el extranjero" y se dio cuenta de que la capital andaluza "tiene muchas más cosas similares a Italia de las que se puedan pensar".

Adaptar la comida italiana a Sevilla

De esto hace ya alrededor de 15 años. Fue en 2016 cuando Andrea abrió el local. Ya lleva ocho años "adaptando la comida italiana a la forma que tienen de presentar la comida en Sevilla, con las tapas". 

Entre sus opciones están el ravioli relleno de gorgonzola y pera, el de calabaza o la afamada carbonara de Roma, todas ellas con un precio que ronda los cuatro euros.

La jugosidad, cremosidad y sabor de la pasta -muchos defienden que sabe exactamente igual que la que se vende en el país del Coliseo- han hecho que el número 52 de la emblemática calle se corone como uno de los mejores italianos de la capital andaluza. Y es que, en este rincón la mayoría de ingredientes son importados, "incluso la harina". 

La carta de este templo de la comida italiana servida a la usanza sevillana no se limita a despachar solo pasta. De su menú también se pueden elegir otras opciones como la ahora viral focaccia -el bocadillo italiano- por menos de cinco euros.

Para rematar, un toque dulce

Tiene una gran variedad de ellas, entre las que están la mediterránea, rústica o la Nutella -la encargada de poner el toque dulce-. Además, con el objetivo de acercarse más a la gastronomía sevillana, La Locanda ha incluido la receta italiana más parecida al montadito.

Se trata de la Tigela, un pequeño pan plano con combinaciones explosivas en su interior. Es la versión pequeña de la focaccia, por lo que los ingredientes que protagonizan a esta son los mismos que acapararan la atención en el montadito italiano.

Una buena comida o cena no termina de serlo si al final no se añade un toque dulce. Esto es algo que el equipo de La Locanda sabe, y por eso han incluido en su carta el famoso tiramisú casero. Un postre hecho principalmente a base de crema de queso mascarpone y café que no deja indiferente a nadie.