La gastronomía en Sevilla ha ascendido a niveles muy altos en los últimos años. Hay cocinas a la altura de todos los gustos y paladares. En la capital de hispalense se puede comer de todo, lo que atrae a numerosos visitantes de otras partes de España y el extranjero.
Sin embargo, el crecimiento de la hostelería en la ciudad ha dejado en parte huérfanos a los amantes de la cocina tradicional. Son muchos los que siguen cultivándola o preservando su esencia, pero son pocos los establecimientos que conservan todas las esencias.
La dinámica se nota especialmente en el centro de Sevilla, donde la mayoría de bares de nueva creación abrazan las tendencias actuales. No obstante, los hay que se mantienen prácticamente tal cual desde sus inicios.
Es el caso del Bar Dueñas, uno de esos establecimientos que tienen el cariño perpetuo de todos los sevillanos, debido a su gusto por la cocina casera. Forma un dúo difícilmente mejorable con El Rincocillo, que está a solo unos pasos.
Este bar, ubicado en la esquina entre la calle Dueñas y Gerona, muy cerca del palacio del mismo nombre, donde residía la Duquesa de Alba, conserva el aspecto clásico de una casa de comidas antigua. Tiene manteles de papel en las mesas y barra de madera. En sus paredes también se mantienen los azulejos más tradicionales de Sevilla.
Desde su apertura en 1973, han pasado por este bar diariamiente muchos trabajadores que hacían su clásica parada de comer. Hoy, públicos de todos los estilos pasan por este bar en el que se puede comer por tapas, medias y raciones.
Revueltos con patatas
El negocio cuenta con una carta muy completa, entre la que destacan sus revueltos, que son considerados por muchos los mejores de la ciudad. Destacan sobre todo aquellos que llevan patatas. Los hay con jamón y con chorizo, aunque el de la casa, lo tiene todo.
Otra de las opciones es el de espárragos, jamón y langostinos. También se puede pedir de champiñones con jamón ibérico. Todos ellos son plato único y cuestan 10 euros. Es el perfecto entrante para compartir o la ración idónea para un almuerzo o cena completa. Depende del gusto de cada uno y del estómago.
Los revueltos del Bar Dueñas mezclan la contundencia que debe caracterizar a toda comida casera con la suavidad en el paladar. Sus sabores tienen sello propio.
Guisos caseros
Sus guisos caseros, que se pueden pedir con tapa, son también otra de sus grandes señas de identidad. Las albóndigas, siempre con patatas, también están entre las mejores de toda Sevilla. Pero no se quedan atrás las espinacas, los riñones al Jerez, la carrillada y el menudo. Es también de los pocos bares con tapa de pisto con huevo.
El pescado frito, así como las chacinas y los salazones completan la oferta de un bar en el que, como sucede en casi todos los establecimientos del centro, es difícil encontrar hueco, aunque se puede reservar. Sus mesas altas del exterior también están muy frecuentadas.
El Bar Dueñas es desde hace más de 50 años uno de los centros de reunión habitual del sevillano que vive en el centro, cuya visita no perdonaban en el fin de semana los que vivían en la periferia. Ahora, también recibe muchos turistas que buscan descubrir la esencia de la gastronomía sevillana en un entorno donde pocos bares así sobreviven.