Sevilla

El otoño ya empieza a sentirse en Sevilla. Aunque los primeros días de octubre venían acompañados de altas temperaturas y sol generalizado, la borraca Kirk ha vuelto a traer las lluvias. Además, el termómetro ha bajado considerablemente.

En estas circunstancias apetecen guisos reconfortantes y que, sobre todo, calienten el cuerpo por dentro. Para buscar este objetivo, no hay nada mejor que una escapada por los pueblos de la provincia.

En poco más de veinte minutos, hay una oferta gastronómica inabarcable que pone en el centro a la comida casera. En casi todos los municipios del área metropolitana de Sevilla hay recetas con personalidad.

Una de ellas es el arroz con perdiz. Es quizás la comida que mejor mezcla la tradición arrocera de Sevilla con la temporada de caza que ahora empieza en otoño. En Sevilla hay muchos restaurantes y bares que le sacan el máximo jugo.

El más famoso fue el del Restaurante Pinichi de Alcalá de Guadaira, cuya receta han seguido otros establecimientos de la misma localidad, pero existen numerosas opciones.

Comida casera y bebida propia

Una de las mejores, sin duda, está en Umbrete, un pueblo de 8.000 habitantes, que especialmente es un paraíso gastronómico durante los meses de otoño. Y no solo por su oferta de guisos, sino que también es el epicentro del mosto, el vino joven que suele alcanzar su máximo esplendor en el mes de noviembre.

En esta localidad hay numerosos establecimientos que preparan con maestría esta receta, entre los que está Casa Rufino, uno de los más míticos del pueblo. 

Rufino Madrigal abrió este restaurante en 1982. Es un lugar que respira clasicismo por los cuatro costados en sus salones y en la mesa. Es una parada obligatoria en la ruta por las localidades del Aljarafe. Es un establecimiento de comida tradicional pura y dura. Sus especialidades son aquellos guisos que se han servido toda la vida en las casas.

Por supuesto, el arroz con perdiz es la gran especialidad. Casi todos los visitantes lo piden. Se paga a 12 euros por persona. No es difícil comer barato en un restaurante de la máxima calidad.

Raciones generosas

Además, se sirve en una cazuela de barro generosa, por lo que tres personas pueden comer perfectamente una ración de dos. Pese a la cantidad, muchos se quedan con ganas de repetir. No es de extrañar. No es sencillo que el arroz adopte por completo el sabor de la perdiz. El de Casa Rufino, más bien caldoso, lo consigue a la perfección.

Se pueden pedir muchas más cosas en este restaurante. Guisos como las albóndigas de mero con langostinos, el bacalao con tomate o el menudo con garbanzos no decepcionan. También hay otras opciones de arroces, como el negro con carabineros o el Don Fernando, que lleva vino oloroso.

Hay una amplia variedad de revueltos, carnes, chacinas y mariscos. También tiene una gran oferta de fritos para compartir, entre los que destacan sus croquetas de carne y jamón y las huevas fritas con ajito y jamón.

En definitiva, Casa Rufino es uno de los restaurantes más especiales de la provincia en el que merece la pena probar mucho más allá del arroz con perdiz. Es uno de los muchos sitios con encanto dentro de un pueblo como Umbrete que derrocha personalidad en cada esquina.