Sevilla
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Parece que ya es oficial, las temperaturas han empezado a bajar y el frío se está dejando sentir. El comienzo del otoño se empieza a notar en Sevilla y con él llega el momento de desempolvar los abrigos, las bufandas y los botines.

Otra de claves que anuncia la llegada del frío en la hispalense es el montaje de los diferentes mercadillos navideños, como el dedicado a las figuritas del belén que todos los años se planta en la avenida de la Constitución.

La ropa de abrigo y los puestos de Navidad solo significan una cosa. Se da el pistoletazo de salida a la temporada de polvorones, mantecados y, como no, de churros con chocolate caliente.

Los amantes de estos últimos tienen varias opciones en Sevilla para disfrutar de este dulce que protagoniza los desayunos y las meriendas en la que las altas temperaturas destacan por su ausencia. Pero hay una churrería que destaca sobre las demás. Su fama es tal que una de las guías gastronómicas más prestigiosas de España se ha fijado en ella. 

El pasado 11 de noviembre se hacía público que la emblemática Guía Repsol le había echado el ojo a la churrería San Pablo, razón por la cual este establecimiento ha sido condecorado con un "solete con solera".

La calentería con más "solera" de Sevilla. E. E. Sevilla

Estos reconocimientos han ido destinados a aquellos bares, restaurantes y cafeterías que siguen manteniendo la tradición y esencia popular a pesar del paso de los años y la llegada de la cocina de vanguardia.

Desde 1960, San Pablo lleva vendiendo calentitos en el número 20 de la calle Murillo, en pleno corazón de Sevilla. Los churros más vendidos son de rueda y completamente artesanales, aunque también los hay de patata. Hay pocos sevillanos que no sean conocedores de las reliquias gastronómicas de esta calentería, y muchos menos que no sepan la fama que a la misma le precede.

Para los amantes del salado

Los churros de San Pablo han conquistado el paladar de más de uno. Los clientes aplauden principalmente dos cosas, el sabor y su textura. Además, la abundante cantidad de este dulce típico y el espesor y sabor del chocolate que se sirve como acompañante, invitan a probar -o repetir- este manjar.

Pasear por el centro de Sevilla con un cartucho de calentitos en la mano es uno de los placeres de la vida. Pero también lo es degustar este desayuno o merienda sentado en una terraza.

Por esto mismo, San Pablo ofrece las dos posibilidades. Para quienes prefieran relajarse con vistas a la plaza de la Magdalena, el Bar Stratos, justo al lado, en la calle Murillo, permite degustar los churros en sus mesas altas.

Para los amantes del salado, esta calentería también tiene algo preparado. Y es que aquí se venden unas de las mejores patatas fritas de toda la ciudad. La manera de hacerlas es la tradicional. Primero se cortan en finas rebanadas y luego se fríen, dando como resultado una fina lámina crujiente y dorada.