
Las botas de vino del establecimiento. Sevilla
La taberna de Sevilla más auténtica y tradicional: carnes a la brasa en chimenea y una bebida de elaboración propia
Su carta es un verdadero homenaje a las recetas andaluzas de toda la vida y con precios populares.
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Sevilla acoge infinidad de establecimientos gastronómicos dignos de visitar. Tanto en la capital como en el resto de municipios hay bares, restaurantes y tabernas que ofrecen verdaderos manjares culinarios a los que muy pocos se resisten.
Desde hace unos años, está creciendo la tendencia del gastrobar. Esta consiste en la combinación de la comida de autor, más vanguardista, ligada a los menús más tradicionales del recetario sevillano. De esta fusión salen resultados tan curiosos como croquetas de remolacha o un flamenquín de pringá.
Además, la esencia de este nuevo concepto de restaurante se intensifica con una decoración protagonizada por la combinación de estampados, colores vibrantes y detalles dorados y metalizados.
Sin embargo, nadie duda de que en Sevilla todavía perviven establecimientos que mantienen la pureza hispalense. Rincones en los que las botas de vino, las sillas de madera y los azulejos en la pared forman parte de la idiosincrasia del local.
Un ejemplo de ello es la Bodega El Caimán, en Bollullos de la Mitación, a menos de media hora de la capital. La decoración de esta taberna -austera y con elementos clásicos- ya avisa de que en su carta no se va a encontrar ningún steak tartar ni sashimi atún.
La chimenea como protagonista
Uno de los focos de atención se lo lleva la chimena que los dueños del local mantienen encendida la mayor parte del tiempo por dos razones fundamentales. La primera es que mantiene el espacio caliente y acogedor para que los clientes se sientan como en casa en los días de invierno.
La segunda -y más llamativa- es que los cocineros de El Caimán la utilizan para hacer a la brasa alguna de las carnes que se elaboran en él. De esta forma, todos y cada uno de los platos consiguen un sabor de lo más característico y potente.
La carta de este bar está compuesta por comidas de toda la vida. En ella destacan los platos clásicos como el conejo en salsa o el menudo. Aunque también despachan combinaciones que -sin salir de lo tradicional- se escapan un poco de lo habitual. Es el caso de las albóndigas de carrillada, un plato que hay que degustar.
La carne a la brasa es otro de los puntos fuertes de este espacio gastronómico. Entre los bocados más sabrosos destacan el abanico y el churrasco ibérico. El gusto mejora si se acompaña con un bollo de pan artesano que los camareros mantienen caliente junto a la chimenea.
Habituales de la cocina sevillana
Otros de los líderes del recetario es el solomillo al whisky y las espinacas con garbanzos, ambos incondicionales del recetario sevillano. Salvo las carnes a la brasas -de las que no ofrecen tapas-, todas las opciones se pueden probar por menos de cuatro euros.
Precios populares que animan a vecinos y visitantes a probar la amalgama de opciones que despacha el establecimiento.
La carta de este bar es toda una oda a la cocina tradicional, algo que los comensales que la visitan valoran. Sin embargo, El Caimán es famoso por el mosto. Una bebida que alegra a sus clientes y que hace que la taberna únicamente abra durante la temporada.
Un mosto que enamora
Cada fin de semana los amantes de esta bebida visitan la bodega para hacerse con algún litro. Uno de los motivos por los que el mosto se ha ganado el beneplácito de los clientes es que es de elaboración propia y artesanal.
Por todas estas razones, la bodega El Caimán de erige como uno de los rincones sevillanos que más conservan la tradición. No solo la comida que se sirve y su bebida insignia lo corroboran, sino que la decoración austera y tradicional lo confirma.
Esta reliquia de la gastronomía sevillana consigue temporada tras temporada hacerse un hueco en el corazón de los clientes que la visitan que, sin dudas, repiten.