
Pollo guisado de las abuelas andaluzas.
Mi abuela andaluza hace la mejor receta de pollo guisado que probarás jamás: la exquisita y sencilla salsa que incorpora
Hay recetas de las abuelas andaluzas que deben formar parte de nuestra gastronomía diaria, por ejemplo, su preparación particular del pollo guisado.
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La gastronomía de las abuelas andaluzas es fundamental en la cultura de Andalucía por varias razones. Entre ellas, por la preservación de la tradición culinaria en tanto que las abuelas han sido las principales transmisoras de recetas ancestrales, asegurando que platos emblemáticos como el gazpacho, el salmorejo y el puchero se mantengan vivos a través de generaciones.
En consecuencia, hay recetas de las abuelas andaluzas que deben formar parte de nuestra gastronomía diaria, por ejemplo, su preparación particular del pollo guisado. De hecho,las abuelas andaluzas preparan el pollo guisado de manera muy tradicional y con mucho cariño.
Si bien es cierto que cada familia tiene su toque personal, la clave es la paciencia y el amor con que se cocina a fuego lento, característica de la cocina casera andaluza. Es por ello que las abuelas andaluzas consiguen crear recetas exquisitas como su pollo guisado en salsa. ¿Te gustaría saber hacerlo?
El pollo guisado en salsa de las abuelas andaluzas es mucho más que un simple guiso; es un reflejo de la herencia culinaria y la identidad familiar de Andalucía. Esta receta tradicional se ha transmitido de generación en generación y se caracteriza por su sabor reconfortante y su aroma inconfundible. Las abuelas preparaban este plato con mucho cariño y paciencia, utilizando ingredientes locales y técnicas de cocción lenta para lograr que cada bocado estuviera impregnado de tradición.
El pollo se combina con una variedad de ingredientes como cebolla, ajo, tomate, y a veces pimiento o verduras adicionales. Estos componentes básicos resaltan el uso del aceite de oliva virgen extra, elemento fundamental en la dieta mediterránea y en la cocina andaluza.

Ingredientes
1 kg de pollo troceado (muslos, piernas y/o contramuslos)
3–4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla grande, picada en cuadritos
3 dientes de ajo, laminados o picados finamente
1 pimiento verde (opcional), cortado en tiras
2 tomates maduros grandes, pelados y picados (o 400 g de tomate triturado)
100 ml de vino blanco (opcional)
2 hojas de laurel
1 cucharadita de pimentón dulce
Sal y pimienta al gusto
500 ml de agua o caldo de pollo
Paso 1
Sofrito: En una cazuela grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla y los ajos, y sofríe hasta que la cebolla esté transparente y ligeramente dorada.
Paso 2
Dorar el pollo: Incorpora los trozos de pollo, sazónalos con sal y pimienta, y dóralos por todos lados para sellar los jugos.
Paso 3
Agregar pimiento y tomate: Si optas por usar pimiento, agrégalo y sofríe unos minutos. Luego, añade los tomates picados (o el tomate triturado). Cocina a fuego medio durante unos 10 minutos, removiendo para que se forme una salsa espesa y se evapore algo del agua.
Paso 4
Desglasar: Si decides usar vino blanco, viértelo ahora y deja que se reduzca un poco, lo que ayudará a concentrar los sabores.
Paso 5
Condimentar: Espolvorea el pimentón dulce y añade las hojas de laurel. Mezcla bien para que se integren los sabores.
Paso 6
Guisar: Vierte el agua o caldo de pollo hasta cubrir el pollo y la salsa. Si añades verduras adicionales (zanahoria, patata), este es el momento de incorporarlas.
Paso 7
Cocción lenta: Reduce el fuego y tapa la cazuela. Deja guisar a fuego lento durante 40–60 minutos, o hasta que el pollo esté tierno y la salsa se haya espesado ligeramente.
Paso 8
Ajustar sazón: Rectifica de sal y pimienta si es necesario. Retira las hojas de laurel y sirve caliente, acompañado de buen pan, arroz o incluso una guarnición de verduras.
La clave del éxito de este guiso es la cocción a fuego lento. Al permitir que el pollo se cocine lentamente en la salsa, se integran y concentran los sabores, resultando en una carne tierna y un caldo espeso y sabroso.
Cada familia tiene su propio "secreto" o toque personal: algunas abuelas añaden hierbas como el laurel, el comino o incluso una pizca de guindilla para dar un toque especial, mientras que otras incorporan verduras como zanahorias o patatas para enriquecer el plato.
Este guiso es sinónimo de reuniones familiares, de momentos de compartir y de mantener vivas las tradiciones. Es un plato que evoca la nostalgia y el calor del hogar, recordando a quienes lo preparan las recetas que sus propias abuelas solían cocinar.
Las abuelas andaluzas solían comenzar dorando el pollo en aceite de oliva junto con cebolla y ajo para formar una base aromática. Después, se añadía el tomate (o tomate triturado) y, en ocasiones, un poco de vino blanco para desglasar la cazuela. La incorporación de pimentón dulce y hojas de laurel potencia el sabor, mientras que el agua o caldo se añade para crear una salsa espesa y concentrada. La cocción lenta permite que el pollo libere sus jugos y se impregne del sabor de todos los ingredientes, creando un plato que es a la vez nutritivo y lleno de sabor.
Este guiso tradicional es un emblema de la cocina casera andaluza, una invitación a disfrutar de sabores auténticos y a reconectar con una forma de cocinar que valora el tiempo y la calidad de los ingredientes. Cada preparación es única y se adapta a los gustos y a los productos disponibles en cada época, lo que hace que el pollo guisado en salsa de las abuelas siga siendo una receta viva y en constante evolución.