Un político estrecha la mano a ciudadanos negros que se acercan a saludarle e inmediatamente después parece limpiársela. Es la escena que ha desencadenado la polémica el domingo por la tarde en Twitter. Dirigentes del PP con Cristina Cifuentes a la cabeza compartieron el vídeo en tono crítico hacia Pedro Sánchez. Una secuencia que tiene un sorprendente paralelismo con otra grabada hace seis años en Haití con el expresidente de EEUU George W. Bush de protagonista.
El vídeo en el que aparece el candidato socialista se grabó el pasado martes y el equipo de campaña del PSOE ha reaccionado tanto contra las alusiones de racismo en los tuits del PP, clamando que "no todo vale", como contra las "tácticas chavistas" de las redes vinculadas a Podemos, que movieron el vídeo en su canal de Telegram.
La escena con Bush, por el contrario, fue grabada en mayo de 2010, cinco meses después del devastador terremoto que asoló el país. El presidente de EEUU había pedido a sus predecesores en la Casa Blanca que dejaran de lado sus diferencias políticas para crear una fundación de ayuda al país, que germinó en el Fondo Bush-Clinton para Haití.
Ambos expresidentes acudieron el 25 de mayor a la capital, Puerto Príncipe, a observar las tareas de reconstrucción. Después se acercaron a saludar a varios ciudadanos. Clinton, más efusivo, se adelanto, mientras que Bush, en segundo plano, estrechaba algunas de las manos que le alargaban. Las cámaras le captaron sacudiendo su mano y a continuación restregándola contra el brazo de Clinton.
El vídeo dio la vuelta a la Red en una época en la que todavía no se hablaba de virales: "Bush se limpia sobre Clinton después de darle la mano a un haitiano". Aunque se pueden encontrar escasas similitudes entre George W. Bush y Pedro Sánchez, el vídeo provocó una guerra de análisis y contraanálisis similar a la que hemos vivido en las últimas horas.
Así, si se ha señalado que el gesto con las manos de Pedro Sánchez es un tic habitual en él que no tiene nada que ver con limpiárselas, quienes salieron en defensa de Bush argumentaron que lo que hizo fue instar a Clinton a seguir avanzando, ya que el demócrata disfruta con los baños de masas pero su antiguo rival republicano no. Se llegó incluso a afirmar que se había trucado la velocidad del vídeo para que lo que eran simples toques parecieran un restregón.
En cualquier caso y al contrario que con el secretario general del PSOE, las asociaciones de George W. Bush con la discriminación hacia la población negra eran patentes en el momento del escándalo. Se cumplían cinco años de otro desastre, el del huracán Katrina en Nueva Orleans. Al menos 1.245 personas murieron y los daños lo convirtieron en la catástrofe natural más cara de la historia de EEUU, afectando principalmente a los barrios de mayoría negra desfavorecida.
Bush, bajo fuego por haber ignorado las advertencias ante el riesgo de desbordamiento de los diques por el huracán que se aproximaba, y acusado de sustraer efectivos de emergencia para la guerra de Irak, tuvo que asumir la responsabilidad de los errores en la respuesta del Gobierno. El músico Kanye West le acusó en directo de "no preocuparse por la gente negra" en lo que se consideró como el momento en el que su presidencia tocó fondo.
Su visita a Haití y su promoción del fondo de ayuda fue el último acto institucional de calado de George W. Bush. Y el incidente de la mano pringosa, su último derrape en una carrera marcada por los momentos erráticos, desde su tardía reacción al 11-S que reveló el documental Fahrenheit 9-11 hasta el incidente en el que casi se asfixia con una galleta. Al contrario que otros exmandatarios como Jimmy Carter o Al Gore que ha continuado trabajando en la filantropía, Bush no ha reaparecido en la vida pública salvo en breves intervalos, como la inauguración de su biblioteca presidencial en 2013.
El Fondo Bush-Clinton distribuyó 54,4 millones de dólares en Haití hasta 2012, momento en el que se extinguió para dejar el trabajo en otras manos, entre ellas las de la fundación de la familia Clinton. Un reportaje de 2015 del Washington Post arrojaba una visión dispar de sus resultados. Médicos haitianos pudieron ser formados con becas financiadas por el fondo. Pero negocios como el Royal Oasis hotel, en el que se gastaron dos millones de dólares, se fueron a pique, ya que el turismo de lujo nunca ha regresado al país.