Alfonso Álvarez aparece una y otra y otra vez como víctima de sucesos tan trágicos como el del aeropuerto de Turquía, con decenas de muertos, o el del avión de EgyptAir, desaparecido el pasado mes de mayo y con más de 60 personas a bordo.
En mayo de este año, el usuario @sidaxmejicano compartía una foto como si Alfonso fuera uno de los pasajeros a bordo del avión de EgyptAir desaparecido y aseguraba que era su hermano.
Todo entraba dentro de la normalidad salvo que era falso. Los medios se percataron de ello y saltó la alarma. Alfonso no sólo estuvo en el avión de EgyptAir, también había sido víctima en el tiroteo de Orlando y en el aeropuerto de Turquía, apuntaron Buzzfeed, France24 y BBC.
Un troll víctima de memes
En las redes sociales su nombre y su rostro eran muy conocidos. Ya en 2013, @PincheAlfonso se dedicaba a imágenes virales.
El 21 de diciembre de 2015, su imagen volvía a ser centro de miradas.
Su cuenta personal, @Lanpernariak, se centraba en crear polémicas como su reacción al ataque machista a una periodista de Vice, que denunciaba en un tuit: "Hace 7 días un señor me siguió a mi casa, me sacó su erección y eyaculó sobre mi puerta. #FelizDiaDeLaMujer This has to stop". En Twitter se presentó primero como Alfonso Pierre-Paul, luego como Alfonso Rzepczynski.
Todo ello le hizo popular y causaba también que le bloquearan. Aprovechando su visibilidad online vendía entradas a usuarios de Twitter.
En marzo, su imagen se vio vinculada a una noticia de un Ferrari y esta vez la noticia se extendió a Facebook. No sólo escaló la visibilidad, también el tipo de delitos que se le atribuía.
A partir de mayo @Lanpernariak vuelve a desaparecer -esta vez voluntariamente-. Por aquellas fechas, estaba implicado en procesos judiciales por adeudar dinero pero no se sabía públicamente.
Alfonso, ilocalizable
Los periodistas Chloé Lauvergnier y Alexandre Capron aseguran haberse puesto en contacto con el joven. Ambos nos explican que le entrevistaron por WhatsApp: sólo respondió a una pregunta y no volvió a permitir otro contacto.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso al documento de una de las denuncias de mayor cuantía -25.000 pesos mexicanos (más de 1.200 euros)-. Una usuaria de Twitter, a la que hemos intentado contactar sin respuesta, aseguraba en 2015 haber sido una de sus víctimas.
Otra tuitera sí nos ha respondido. Pide guardar el anonimato y asegura haber sido pareja del protagonista. "Para moverse en esos círculos en Ciudad de México manejaba siempre en efectivo (...) Alfonso es un junior, mitómano, aprovechado, bueno para los negocios, frío, calculador, inteligente y sabe manejar a los demás", sentencia.
El joven de 29 años es un negociante hecho a sí mismo, con contactos y ambicioso. Todos sus logros los consiguió pese a no haber terminado secundaria, aseguran dos de los entrevistados cercanos a él. Varios de los testimonios mencionan una empresa: Nutrisa, especializada en alimentos.
"Todo empezó en Twitter"
El 'troll' S.C valora que "cualquiera puede decir lo que sea con un mínimo de veracidad y la gente da por sentado que es así". Él le ha seguido la pista desde siempre. En los inicios, Alfonso era cómplice de los 'memes' y "retaba a golpes a quien le ofendía".
La legislación mexicana sobre difamación dista de la europea en la práctica. El daño moral permite el acceso a la información pero debería aplicarse a cada motor de búsqueda y a cada medio. Eso provocaría un 'efecto Barbra Streisand'.
"Fue degenerando de una broma a una injuria y luego a una difamación", dice S.C. "Todo empezó en Twitter y su relación con tuiteros", dice la otra entrevistada.
Alfonso ha borrado su rastro en internet. Sin embargo, su imagen sigue siendo cebo de engaño para la prensa, que continúa sin ubicar a la persona real. Mientras, los tuiteros mexicanos han lanzado #LordEstafador en un nuevo intento de viralizar su nombre.