La locura por el juego Pokémon Go a lo largo y ancho del mundo supera cualquier fenómeno lúdico hasta la fecha. Decenas de millones de personas en todo el mundo se echan a la calle armados con sus smartphones para cazar a los carismáticos monstruitos. Los jugadores hacen lo que sea por alcanzar a los más codiciados, hasta el punto de que la Policía Nacional ha publicado una guía para jugar respetando la seguridad viaria y la propia integridad física.
Desde Siria, una iniciativa aprovecha la popularidad del juego para llamar la atención sobre el drama que vive la infancia en el país, castigada por una guerra civil que tras cinco años tiene escasos visos de terminar y por la penetración de los yihadistas de DAESH. La campaña ha sido distribuida desde la cuenta de RSF, un medio afín a los rebeldes del Ejército Libre Sirio.
El planteamiento es tan sencillo como conmovedor: si la gente busca pokémons, haremos a nuestros niños posar con ellos para atraerlos. "Ven a por mí. Encuéntrame y sálvame" - dicen los mensajes escritos en inglés y árabe, acompañados del hashtag #PrayForSyria. Las fotografías han sido tomadas en la zona de Kafr Nabl, en el noroeste de Siria, uno de los bastiones en el que los rebeldes producen gran parte de su propaganda.
La RFS no es la única que ha pensado en usar la popularidad de Pokémon para llamar la atención sobre la crisis humanitaria en Siria, desplazada del foco informativo. El diseñador Taim Shami imaginaba qué necesitarían encontrar los sirios en un juego de realidad aumentada como el que deleita a millones en el mundo: salvavidas para las travesías de refugiados, peluches para los niños de la guerra, educación y vivienda.
Save the Children cifró en 250.000 los niños que viven bajo asedio en Siria. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informa regularmente de las atrocidades cometidas contra menores. A principios de esta semana los rebeldes degollaron a un adolescente al que acusaban de colaborar con las milicias leales al régimen de Bashar al Asad y grabaron su decapitación en vídeo.
56 civiles murieron el martes en un bombardeo de la coalición internacional liderada por EEUU en Manbij, 11 de los cuales eran menores, denuncia el Observatorio. Desde 2014 los bombardeos aéreos llevados a cabo por la Fuerza Aérea Siria y sus aliados rusos han provocado 11.500 bajas civiles. 4.200 de los fallecidos, calcula esta institución, eran niños.
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