Profecías sobre el fin del mundo hay muchas. De hecho es a lo que se dedica Armaggedon News a través de su canal de Youtube End of Times Prophecies, creado únicamente para difundir el vaticinio de que el fin de los tiempos llegará el viernes 29 de julio de 2016. Tras un par de meses de insistencia han logrado su objetivo: varios medios se han hecho eco y la idea ha fructificado, al menos como pasatiempo veraniego bajo el hashtag #QueElFinDelMundo en Twitter.
Los ínfimos valores de producción del vídeo, con imágenes y efectos especiales de baratillo y una narración que entremezcla citas bíblicas con vagas nociones científicas a través de la robótica voz femenina de un programa de locución, no han frenado la popularidad del vídeo. Más de cuatro millones y medio de visualizaciones se han dedicado durante los más de 17 minutos que dura a intentar desentrañar su premisa.
¿Qué ocurrirá este viernes según el presagio youtubero? Se producirá una inversión de los polos magnéticos de la Tierra, anuncian. Y cuando eso ocurra, "las estrellas rodarán por el cielo, y el vacío creado por el giro de la Tierra arrastrará consigo a la atmósfera junto con el suelo, tratando de seguir su ritmo, creando lo que se conoce como una nube en rodillo".
"Jesucristo sólo regresará el día en el que se inviertan los polos y un terremoto global sacuda la Tierra" - recita la voz automatizada - "volviéndola del revés y dejando cada ciudad del mundo en completa ruina y destrucción". El vídeo, creado por una iglesia evangélica que se nutre del mensaje apocalíptico para hacer proselitismo, urge a decidirse a aceptar a "Jesucristo como salvador, o a rechazarle".
La predicción suena terrorífica. Entre otras cosas, porque la inversión de la polaridad magnética es una realidad en nuestro planeta. Pero sus efectos son inocuos, como la NASA ya se encargó de explicar en 2012, el año en el que la presunta profecía maya desató la locura por las teorías sobre el fin del mundo.
"Es imposible que se produzca una inversión de la rotación de la Tierra" - publicaba entonces la página web de la agencia espacial. "Se producen lentos movimientos de los continentes pero eso no tiene que ver con la inversión de los polos (...) La polaridad magnética de la Tierra cambia irregularmente y una inversión magnética ocurre de media cada 400.000 años. Hasta donde sabemos, la inversión magnética no le hace ningún daño a la vida en el planeta".
"Los científicos creen que es muy improbable que una inversión magnética se produzca en los próximos miles de años" - terminaba la aclaración. Sin embargo, la profecía mezcla otro concepto: el desplazamiento del polo magnético de la Tierra, que según la NASA se ha acelerado (se ha movido 1.100 km desde que lo localizaron por primera vez en el siglo XIX). Algunos medios publican que los científicos habrían avisado de que ese movimiento se acelerará "entre el 14 de julio y el 19 de agosto", lo que ha inspirado la fecha de la profecía. Pero de nuevo se trata de una intoxicación.
La alusión proviene de un vídeo difundido también en 2012 por un presunto excientífico de la NASA que se identificaba como Salvatore Monti y afirmaba haber sido contactado por alienígenas. Según el falso astrónomo, su "amigos" le habían dado la fecha de "entre el 14 de julio y el 19 de agosto de 2016" que ahora los fanáticos de las conspiraciones han recuperado. En esos días, una "rápida inversión magnética" iba a hacer caer el campo electromagnético que protege a la Tierra de la radiaciones solares. El resultado: la destrucción de toda la existencia.
La NASA también desmintió en su momento esta teoría. "El campo magnético de la Tierra puede debilitarse y reforzarse con el tiempo, pero no hay indicación alguna de que haya desaparecido por completo jamás. Un campo más débil sin duda conduciría a un aumento de la radiación solar en la Tierra - al igual que un hermoso despliegue de auroras en latitudes más bajas - pero a nada mortífero. Además, incluso con un campo magnético debilitado, la densa atmósfera de la Tierra protege contra el bombardeo de partículas solares".
"Que el fin del mundo..."
No hay por lo tanto el menor indicio científico de que nada excepcional vaya a ocurrir el viernes 29 de julio de 2016. Si acaso, habrá servido para que los usuarios de las redes sociales dediquen un rato de asueto estival, entre la reflexión y la burla, a pensar qué harían si el mundo se fuera a acabar mañana. Todo ello teñido inevitablemente por el clima político que vivimos.