La fuerza de voluntad, un vitalismo optimista y desenfadado, una mente para la ciencia y un ingenio afilado y rápido tan apreciado por sus seguidores como temido por su detractores aúnan la trayectoria de Pablo Echenique (1978, Rosario, Argentina) y Stephen Hawking (1942, Oxford, Inglaterra).

Ambos se han sobrepuesto a una terrible enfermedad que amenazaba gravemente su esperanza de vida y limitaba su movilidad a una silla de ruedas. Lo hicieron volcándose en la ciencia, en el mundo de la Física, y desarrollando un sentido del humor socarrón con el que analizar el mundo.

Los paralelismos terminarían ahí, ya que a Echenique ya no se le encuentra en los despachos del CSIC sino en los mítines y platós de televisión mientras que Hawking jamas ha abandonado la vida académica.

Pero incluso con las severas limitaciones para expresarse que el avance de su enfermedad le ha provocado - tarda un minuto de media en formular cada palabra mediante pestañeos en su vocalizador - el autor de Breve historia del tiempo no se arredra cuando habla de asuntos terrenales: su calificación de Donald Trump como "demagogo" incapaz de "apelar a nada más que al mínimo común denominador" cayó como una bomba en la campaña electoral americana.

¿Sabrías a quien corresponde cada uno de estos zascas?