Quién es Viktor Crazy, el 'youtuber' que provocó una alarma de bomba en Las Ramblas
En la jungla. El joven, de origen ruso, ya ha sido detenido en alguna ocasión por desórdenes públicos en otras ciudades.
22 septiembre, 2016 11:51Noticias relacionadas
Provocador, deslenguado y alborotador. Así es Viktor Crazy, el 'youtuber' de origen ruso que ha saltado a la palestra en nuestro país tras intentar sembrar el pánico en Las Ramblas de Barcelona con una broma que le puede salir muy cara y que grabó en vídeo para su canal.
El joven se dedicó la semana pasada a simular un intento de atentado yihadista en pleno centro de Barcelona, como si de un terrorista del IS o Al Qaeda se tratase. Para ello, el 'youtuber', vestido con una túnica blanca, se acercó a uno de los habituales corrillos de gente que se forman en esta turística zona de la ciudad y, al grito de "Alá es grande", lanzó una mochila al suelo para después salir corriendo.
En el vídeo, que cuenta con más de 150.000 reproducciones, se puede observar cómo algunos viandantes huyen despavoridos mientras otros asisten confundidos a la escena y ni se mueven de su sitio (entre ellos, el mimo frente al que lanza la mochila). Poco después, los Mossos de Esquadra, que investigan al joven por desórdenes públicos, se acercan al lugar de los hechos y recogen la supuesta mochila bomba sin ningún tipo de precaución.
Un 'artista' de las bromas pesadas
No es la primera vez que este joven 'youtuber' causa algún tipo de desorden y tiene problemas con la justicia. De hecho, su canal de YouTube está repleto de bromas pesadas que él mismo realiza, graba, edita y sube a internet para deleite de los más de 50.000 suscriptores que lo siguen.
Sin ir más lejos, en su vídeo más popular -cerca de dos millones de reproducciones- acude a Compton, un suburbio de Los Ángeles con una elevada tasa de población negra y elevados índices de pobreza, con el objetivo de insultar a las personas de color que se encuentra por la calle preguntándoles si saben dónde puede encontrar a "algún 'nigga'" (término despectivo que significa "negrata"). En realidad, Viktor se escuda en que busca una discoteca de nombre hómonimo. La provocación consigue que algunos jóvenes acaben encarándose con él e intenten agredirlo.
Otra de las bromas que más éxito le ha reportado a este joven rubio ha sido 'Sex in subway' ('Sexo en el metro'). En ella, Viktor simula cómo le hacen una felación en pleno trayecto del suburbano. En el vídeo se puede ver cómo el joven se encuentra sentando junto a una chica rubia en un vagón repleto de gente. En un momento dado, la chica se sitúa de rodillas frente a él, éste le coloca una chaqueta encima de la cabeza y fingen practicar sexo oral ante el estupor y las risas de los pasajeros, que llegan a sacar sus teléfonos móviles para grabar la escena.
Pero el currículum del 'youtuber' no queda sólo aquí. Junto a algunos compañeros de aventuras, ha llegado a simular un apocalipsis zombie en un McDonalds de Moscú, se ha colado en unos baños públicos de Miami para representar una tórrida escena de sexo, ha grabado vídeos intentando comprar los favores sexuales de algunas chicas que se ha encontrado a su paso ('¿Cuál es el precio de una chica rusa?', titula el clip), o se ha lanzado a un delfinario en una especie de intento de suicidio cutre en el que acabó siendo arrestado por la policía.
Emulando a los 'Jalals'
La broma realizada por Viktor Crazy en Barcelona y que investigan los Mossos de Esquadra no es ni siquiera original. Un grupo formado por tres hermanos australianos llamados los 'Jalals' se hizo muy popular en 2015 gracias a los vídeos en los que, tal y como hace el joven ruso, se visten de árabes y se graban esparciendo supuestas bombas por las calles de Melbourne. El clip que recopila estas fechorías ronda las 10 millones de reproducciones en YouTube.
Estos australianos, que acumulan más de siete millones de seguidores en Facebook, no han dejado de recibir críticas por sus fechorías. Sin embargo, lejos de cejar en su empeño, han creado un canal temático en el que cuelgan las bromas que realizan a lo largo y ancho del mundo. Desde simular ejecuciones públicas hasta vestirse de terroristas suicidas con chalecos repletos de bombas. Todo cabe en un canal y, por extensión, en una plataforma en la que no existen los límites para el humor por muy pesado que parezca.