Australia es un continente salvaje en el que su fauna suele dar todo tipo de quebraderos de cabeza a sus habitantes. Sin embargo, el inenarrable testimonio audiovisual que se ha propagado en los últimos días por internet hace mucho tiempo que -por suerte- no se veía en la isla: la lucha a puñetazo limpio entre un canguro y un hombre.

En el vídeo, que cuenta con más de dos millones y medio de reproducciones en apenas 48 horas, se puede ver cómo una camioneta recorre un campo de Nueva Gales del Sur durante el transcurso de una cacería. Sus integrantes se encuentran buscando a Max, un perro que los acompañaba.

Man punches a kangaroo in the face to rescue his dog (Original HD)

De repente, horrorizados por una situación que no habían visto antes, la furgoneta para. El can está siendo estrangulado. Su dueño, Greig Tonkins, no se lo piensa y baja corriendo de la furgoneta para intentar liberarlo. Al acercarse hasta donde se encuentra el marsupial, Max consigue zafarse de su agresor. Sin embargo, el canguro se pone sobre sus dos patas y se encara con Tonkins en una especie de combate de boxeo.

Tras el tenso encuentro inicial, el joven suelta su brazo derecho y le asesta un puñetazo al animal, que no se lo esperaba. Después, el propio Tonkins emprende la huida hacia la furgoneta para ponerse a salvo junto al resto de la manada mientras que el canguro se aleja.

La historia detrás del puñetazo

Como explica en News.com Mathew Amor, el organizador del viaje, “preparamos la cacería como una reunión de amigos para homenajear a Kailem”, un joven enfermo que falleció poco después de aquel encuentro y el ahora sonado incidente con el canguro. La idea era cumplir con uno de los sueños de su amigo y conseguir atrapar un jabalí entre todos grabando cada minuto de la aventura para regarles un emotivo vídeo a los familiares de Kailem.  

Lo que no se esperaban es que una de las secuencias de la grabación se convertiría en viral y medio mundo hablaría de la pelea mano a pata de Tonkins –uno de los amigos que se unió a la cacería y experto en animales salvajes gracias a su trabajo como cuidador en un zoológico– y un canguro australiano.

El grupo se desplazaba en coche guiados por sus perros de caza, cuando de pronto pasaron cerca de un grupo de unos veinte canguros. Aunque los canes ni se acercaron –están entrenados para oler la sangre de cerdo y para no tocar a otros animales salvajes– uno de los marsupiales cogió a Max agarrándole fuertemente por el cuello. El resto de la escena ya lo conocen.

“Max estaba bien, simplemente estaba asustado porque el canguro le tenía agarrado y no podía soltarse”. Finalmente y con la ayuda de su amo, el perro escapó ileso. Ahora, dada la expectación que ha generado, el documento gráfico del extraño encaramiento humano-canguro saldrá a la venta en próximos días.

“Tonkins es un tipo pacífico. De hecho nos reímos de él por darle un golpe tan directo al canguro, pero no se hizo daño en la mano, no lo golpeó nada fuerte aunque lo pueda parecer”, asegura el organizador del viaje argumentando, de alguna manera, que fue el marsupial el que atacó primero.

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