Los políticos se reservan una manera muy particular de pedir perdón: "Lamento si alguien se ha sentido ofendido". Es todo lo contrario que disculparse, en realidad, porque les sitúan como sujeto pasivo libre de toda culpa que desplaza la responsabilidad sobre el agraviado. Esto es lo que ha ocurrido tras el incidente denunciado por el diputado de Podemos Juan Pedro Yllanes, presuntamente amenazado por Juan Carlos Monedero. Yllanes ha asegurado que acepta las disculpas del ex número tres del partido; pero Monedero, al menos públicamente, no se ha disculpado en ningún momento.
La mecha de la crisis la encendía Yllanes en la tarde del jueves con un texto en la red Telegram que reproducía en su cuenta de Twitter para darle mayor difusión. "No voy a permitir la intimidación. Y por supuesto no dejaré de denunciarlo si así ocurre" - declaraba el diputado y magistrado en excedencia. "El compañero Juan Carlos Monedero me ha advertido que hasta febrero puedo decir cosas que a él le molestan pero que cuando todo vuelva al orden, tenga ojito con lo que digo".
"Estas actitudes me parecen repugnantes y no van a impedir que siga dando mi opinión sobre qué Podemos necesitamos" - continuaba Yllanes en referencia al debate abierto sobre la reorganización del partido de cara a su congreso 'Vistalegre II'. El diputado es errejonista, mientras que Monedero ha sido escudero de Pablo Iglesias incluso después de que se viera obligado a abandonar sus cargos. "No me callé en mi carrera judicial y no decidí participar en política para callarme. Como comprenderéis, como juez y como persona, no puedo dejar pasar la intimidación".
La polémica quedaba desactivada unas horas después cuando Monedero publicaba un post conciliador en su cuenta de Facebook dando su versión de los hechos y reafirmando su "cariño" y "fraternidad" por "Juan Pedro". Aseguraba haber hablado con el diputado para lamentar que no se hubieran entendido. Yllanes actualizaba su conversación en Telegram - en Twitter permanecía en la mañana del viernes sin embargo su primera versión denunciando las coacciones - aceptando "las disculpas" y dando por zanjado el asunto. "Mejor así, entre nosotros, que en público" - terminaba.
Pero Monedero no ha pedido disculpas a Yllanes en las redes y tampoco da a entender que lo haya hecho en privado. Este el texto que escribía en Facebook:
Le he dicho a Juan Pedro, junto a los demás compañeros, que creo que ahora, por el proceso interno, toca debatir, plantear todas las diferencias que sean necesarias, argumentar en todas las direcciones posibles y también que, pese al debate que mantengamos, que creo muy importante que después del proceso de Vistalegre volvamos a trabajar todos juntos. Cuando han abandonado el comedor, nos hemos vuelto a saludar con el mismo cariño. Luego he visto, por una nota de Juan Pedro, que nos hemos desencontrado. Lástima no haberlo podido discutir allí mismo. Estoy convencido de que lo hubiéramos aclarado. Así se lo he comunicado. Como debe ser entre compañeros. Estoy convencido de que ha sido un malentendido.
No hace falta leer entre líneas cuando Monedero no reconoce haber pronunciado las palabras que le reprocha Yllanes y lo que lamenta es no "haber aclarado el malentendido" en el momento. Para alimentar la reconciliación sin serlo, el segundo diputado de Podemos aludido como presente en la conversación, Eduardo Maura, respaldaba en Twitter la versión de Yllanes y saludaba una "rectificación" de Monedero que, strictu sensu, no ha ocurrido.
El debate ha agitado el avispero de la frustración que sienten los militantes de Podemos cuando ven a sus representantes hacerse reproches públicos en las redes. El incidente ha arreciado la acritud entre partidarios de los bandos errejonista y pablista; otros, sin tomar parte, se mostraban estupefactos de ver a los cargos de Podemos elogiar el diálogo, como hacía el senador Ramón Espinar con una oda a las comidas entre compañeros, después de una denuncia pública de tal gravedad.