Chus Lampreave dándonos ánimos para superar la crisis. Cómicos de España reunidos para merendar juntos alrededor de la lápida de Gila. Un menú para que las mujeres disfruten de su merecida calma. El relato de cómo su fábrica resurgió de sus cenizas. Un regreso a la vida desde el coma. La publicidad de Campofrío ha apostado fuerte por trasmitir valores y su anuncio de Navidad se ha hecho un hueco entre los más anticipados. Por eso, la campaña 'Hijos del entendimiento' ha supuesto un shock para muchos. Incide en lo que precisamente querríamos evitar en estas fechas, la crispación entre las "dos Españas". Y arranca tocando un tema tabú para el mundo de la publicidad: la Guerra Civil.
"¡Rojo! ¡Fascista!" - se escupen mutuamente una aldeana y un miliciano después de intercambiar una mirada soñadora. "En este país las personas de diferente ideología, credo o forma de vida están condenados al desacuerdo" - reza con pesimismo el lema del anuncio. A continuación presentan parejas enfrentadas que se lanzan insultos: una "españolista" frente a un "independentista" catalán, un policía "antidisturbios" frente a una activista manifestante, una taurina frente a un antitaurino, un "bético" contra una "sevillista", una vegana frente a un amante de la carne, un simpatizante de Podemos frente a una del PP y a un ateo frente a una creyente.
El anuncio dedica unos instantes a cada uno de ellos, en los que presentan una viñeta de su vida y se reafirman en su postura. Y entonces el anuncio desvela la hermosa sorpresa: los polos opuestos se funden en un gesto de cariño. Son parejas en la vida real y su amor pese a las diferencias ha dado fruto en forma de los 'hijos del entendimiento' a los que va dedicada la campaña. A sus 91 años Melquíades es uno de ellos, hijo "de un republicano y de una mujer del bando nacional": ellos son los personajes que vimos al principio, se entiende, en el segmento ambientado en la Guerra Civil.
"Cada Navidad proponemos una reflexión colectiva que sirva también como una crónica social de lo que ha dado de sí el año" - afirma Daniel Gómez, Marketing Manager de Campofrío. "En esta ocasión, en mitad de un entorno de crispación, hemos querido decirle a la gente que no seamos nosotros mismos, a través de nuestros prejuicios o nuestras diferencias de opinión, los que nos impidamos disfrutar, y conocer a gente maravillosa, aunque no piense como nosotros. Debemos ser capaces de superar y aprender a convivir con todas nuestras diferencias".
Recepción divida
La idea de forzar un choque entre posturas que polarizan a la sociedad española ha sido acogida con sentimientos tan fuertemente encontrados como los que pone en escena. El mensaje de reconciliación y convivencia ha conquistado el corazón de parte de la Red.
Otros sin embargo se muestran escépticos ante la idílica representación de la conciliación entre vida personal y formas de entender el mundo tan enfrentadas y, aunque se trate de parejas reales, reprochan el planteamiento forzado.
El dedo en la llaga la pone el hecho de que una empresa cárnica presente use a una vegana - por muy casada que esté con un carnívoro - para anunciarse, más aún cuando termina con una invitación a "comer del mismo plato". Magdalena y José, señalan televidentes avezados, han "profesionalizado" su historia: ya la relataron ante los medios en Todo sobre el amor de Antena 3.
Y por último, hay un ausencia notable en una campaña que celebra la diversidad y la integridad en España: todas las parejas son heterosexuales. Los padres gays del anuncio del Corte Inglés de 'Vuelta al cole' que - presuntamente - fue retirado por presiones conservadores son de momento los principales exponentes de este tipo de familia en la publicidad de España.