Así ha llegado el guiñol de Aznar de Canal Plus a venderse en Wallapop: "Me tocó en un sorteo"
En la Jungla. Hablamos con Alberto Vargas, el joven madrileño que ha puesto a la venta el alter ego de látex del expresidente del Gobierno. "Mandé un email a FAES para ofrecérselo pero nadie me ha contestado".
3 marzo, 2017 12:28“En su retirada se escribirán muchos artículos sobre lo que ha significado José María Aznar en la política española. Allá cada cual. Por si acaso nadie repara en lo que ha significado para el humor, quiero dejar constancia de que, como personaje de chiste, ha sido extraordinario”. Antonio Martínez, director de ‘Las noticias del guiñol’, pronunciaba estas palabras allá por 2003, en la presentación de ‘Historias de Aznar y Guiñol’, un libro-documental en el que se recopilaban los ‘greatest hits’ del expresidente en el mítico programa de humor, emitido durante toda una década en Canal Plus.
El alter ego de látex de Aznar, que acuñó frases tan míticas como “Mire usted, señor González”, “Buenas noches, noches” y llegó a disfrazarse de todo lo imaginable (incluso de superhéroe), desapareció del espacio televisivo en 2004, con el ocaso del presidente. Y nada se había vuelto a saber de él hasta este jueves, cuando varios medios publicaban que el guiñol estaba a la venta en Wallapop por el módico precio de 13.000 euros. “Viene con todos los detalles, como gafas, manos y mecanismo para su uso. Todo está en perfectas condiciones, salvo una mano que está más desgastada”, se podía leer en el anuncio.
La gran pregunta es: ¿cómo ha llegado el guiñol de Aznar a Wallapop? “Me tocó en un sorteo”. Quien habla es Alberto Vargas, el madrileño que lo ha puesto a la venta en la plataforma. “Corría 2004 y los guiñoles en Canal Plus llegaban a su fin. Después pasarían a emitirse en Cuatro. Yo tendría por aquel entonces 12 años y un día vi que pedían a los espectadores que mandasen un mensaje de texto con su guiñol favorito. El más votado iba a ser sorteado entre los participantes” relata este joven de 24 años.
Y así hizo Alberto. “Le pedí el móvil a mi madre y cogí y voté por el de Bono, que salía con la cabra de la Legión y era el que más me molaba”. Paradojas de la vida, días después, la madre de Alberto recibía una llamada en la que se le informaba de que había sido premiada con el guiñol de Aznar. “Claro, mi madre no recordaba que había sido yo el que había mandado el mensaje hasta que cayó: '¡Hostia, el niño!'”.
El Aznar de látex tardó en llegar a casa de los Vargas cosa de una semana, metido en una caja llena de embalaje. “Lo tuvimos un tiempo sentado en el salón, pero claro, el muñeco acojona. Y más de noche. Hay unas cuantas historias de mis hermanas pegándose varios sustos de muerte tras llegar de fiesta a las 5.30 de la mañana y encontrarse a José Mari”.
El guiñol, que Alberto asegura que se encuentra en perfectas condiciones, ha llegado a ser utilizado hasta en una boda. “Mi hermana se casó hace poco y, como yo imito la voz de Aznar, lo cogimos entre tres amigos para hacerle un vídeo de coña y felicitarla”. Este madrileño explica que el manejo del monigote no es nada sencillo. “Uno de nosotros se ocupaba del movimiento de la boca y la cabeza; otro, de los brazos; y un tercero manejaba el mecanismo que hace que los ojos se muevan y parpadee”.
La idea de crear un canal de YouTube en el que el guiñol de Aznar fuese protagonista también rondó la cabeza de Alberto, pero al final no ha salido. “Así que en lugar de tenerlo ahí, en una caja, he decidido venderlo. Se trata de una pieza única, de coleccionista y, que yo sepa, no hay nadie que tenga otro”. Su padre le sugirió incluso que intentase hablar con el propio José María Aznar, que llegó a decir que sus hijos, cuando se iban a la cama, le decían “buenas noches, noches”. “Mandé un email a FAES para ofrecérselo, pero, hasta la fecha nadie me ha contestado”, cuenta Alberto.
En realidad, el Aznar del guiñol lleva dos años en la plataforma. Sin embargo, ha sido ahora cuando los medios lo han descubierto y han publicado la noticia. Ponerle precio tampoco ha sido una tarea fácil. “Estuve consultando con peritos y me decían que no me lo podían tasar. Así que comencé pidiendo 15.000 euros y luego lo bajé a 13.000. No sé cuánto puede valer, pero por eso indico que el precio es muy negociable”.
Alberto ha recibido varias ofertas por el monigote, entre ellas las de distintos coleccionistas. “Me han preguntado si tengo algún certificado de autenticidad para demostrar que es el original, pero a mí me lo mandaron tal cual: en un caja con embalaje. Y eso les echa para atrás”.
Tras salir la noticia en diversos medios a lo largo del día de ayer, Wallapop ha decidido eliminar el anuncio sin darle ninguna explicación. “No sé cuál es la razón, porque no lo he vendido aún. Pero vamos, volveré a subirlo en cuanto pueda. Tanto a Wallapop como a Vibbo, otra plataforma de artículos de segunda mano”, finaliza el joven madrileño.