James Avery siempre será recordado por su papel en 'El Príncipe de Bel Air' encarnando al tío Phil y por las épicas broncas que tenía con Will Smith, su sobrino en la mítica serie. Avery, que en la pequeña pantalla interpretaba a un reputado juez que vivía junto a su familia en una mansión de Los Ángeles, falleció en 2013, dejando huérfana a toda una generación que creció carcajeándose con los alaridos que propinaba a Will y a Carlton. 

Tres años después de su muerte, con Will Smith acercándose peligrosamente a la cincuentena, en Internet se ha desatado la 'conspiranoia'. Sí. Usuarios de todo el mundo aseguran que Will está envejeciendo peligrosamente y se está convirtiendo en el tío Phil. Como lo leen.

¿Y de dónde se han sacado semejante parecido razonable? Resulta que Will Smith se encuentra de vacaciones en África. Hace unos días publicó un vídeo en el que relataba cómo iba a cumplir uno de sus mayores sueños: realizar un salto al vacío de 111 metros en las cataratas Victoria, en la frontera entre Zambia y Zimbabue. Smith grabó su hazaña con una cámara GoPro que llevaba en una mano. Sin embargo, hay un plano contrapicado que no le hace nada de justicia y que es el que se ha viralizado en los últimos días. 

GoPro Full Length Video of Will Smith Bungee Jumping

La coña ha acabado por viralizarse gracias al empeño de los usuarios de Twitter y de foros como Reddit, en los que la imagen ha sido una de las más vistas de la semana. Cientos de usuarios allí tratan de encontrar una explicación a semejante mutación. "La forma en la que sus ojos se abren mientras su sonrisa se vuelve más siniestra", dice uno de los usuarios. Incluso hay quien se toma muy en serio la broma y rebate la absurda teoría: "La madre de Will y Vivian eran hermanas en el programa, por lo que el personaje de Will Smith no era pariente de sangre de Phil", se puede leer en otro de los comentarios. 

Sea como fuere lo que queda claro a estas alturas de la película (veas o no el parecido razonable de Will con su tío en la ficción) es que el tiempo no pasa en balde. Para nadie. Ni siquiera para Will Smith, ídolo juvenil convertido en mito gracias al 'Principe de Bel Air'.