Si no fuesen efectos especiales, sería casi magia. Han conseguido retrasar el tiempo, borrar las nubes, o pegarse un capuzón en una piscina y aparecer de repente en una catarata. Alejandro Benzaquen y Kevin Lustgarten son dos venezolanos de 26 y 21 años respectivamente que están revolucionando el panorama de Instagram gracias a una cuenta en la que, literalmente, hace "posible lo imposible". Dale al play.
Pese a lo que pueda parecer, ninguno de los dos ha recibido una formación universitaria al respecto. Son autodidactas. Así, un día se les encendió la bombilla y pensaron que era el momento de ocupar un hueco en el abarrotado mundillo de las redes sociales. "Estábamos en Estados Unidos y se nos ocurrió que podíamos intentar hacer algo diferente con los vídeos de Instagram", cuenta Alejandro al otro lado del teléfono.
En noviembre 2015 nació la idea pero no fue hasta mayo de 2016 cuando arrancó la cuenta a la que bautizaron como 2Venezolanos. "Siempre se habla de la situación tan complicada que vivimos en nuestro país. Así que pensamos que sería una buena idea que se identificase con Venezuela un proyecto bonito como éste".
A partir de aquí, horas y horas de ensayo y error, la visualización de algún que otro tutorial en YouTube, constancia y mucho esfuerzo. "Realmente yo soy comunicador social (lo que en España conocemos como 'community manager' o editor de redes sociales). Lo más cercano a lo que hacemos era una asignatura de diseño gráfico. Así que tuve que aprender por mi cuenta", explica Alejandro.
Y por su cuenta han conseguido hacer estas maravillas.
Desde hace una semana, su cuenta de Facebook ha crecido de forma espectacular y han pasado de tener 2.000 followers a más de 85.000. En Instagram, superan los 115.000 seguidores. "Se me ponen los pelos de punta porque ha sido una auténtica locura. Un medio de Líbano nos pidió permiso para utilizar nuestros vídeos en Facebook hace 10 días. A raíz de esa publicación, nos empezaron a llegar emails de China, Japón, Rusia... La BBC y el Comité Olímpico Internacional (COI) también se han puesto en contacto con nosotros".
Alejandro, que actualmente trabaja como freelance, asegura que aún no entiende muy bien qué ha podido pasar. Eso sí, confía en que este proyecto personal le sirvan como "carta de presentación" para conseguir nuevos proyectos en los que poder implicarse profesionalmente. "Es lo que tiene la viralidad. Habrá que aprovecharla".
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