Las vejaciones machistas que sufrió Carme Chacón por ser ministra de Defensa y mujer
En La Jungla. Las polémicas sobre su vestimenta y su capacidad sobrevolaron su histórico nombramiento al frente del Ejército.
10 abril, 2017 13:18Noticias relacionadas
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La imagen ya tiene rango de icono de la España moderna. El 14 de abril de 2008, tras tomar posesión de la cartera de ministerio de Defensa, Carmen Chacón pasaba revista a las tropas luciendo su avanzado estado de gestación: "Capitán, mande firmes". Cinco días después volaba a Afganistán acompañada de un ginecólogo y un pediatra para hablar con las tropas sobre el terreno. Lo que hoy saludamos como una conquista para la Igualdad y la causa de la conciliación familiar fue motivo de escarnio para algunos, una losa que pesó hasta los últimos días de su gestión.
La mera idea de una mujer al frente de las Fuerzas Armadas resultaba difícil de aceptar para algunos, como reconocía el columnista Antonio Burgos, que consiguió recuperar el pasado enero el foco mediático por el triste mérito de atacar a Miguel Bosé en pleno duelo por la muerte de su sobrina Bimba. "VALE - concedía el articulista parafraseando el famoso anuncio de un juego de mesa - aceptamos Carmen Chacón como animal de compañía, de batallón, de regimiento, de brigada y de división, que ya es ministra de Defensa. Lo cual es muy igualitario y progresista".
A continuación Burgos ponía a Chacón a liderar el "batallón de modistillas de ZP", que era como definía el Gabinete paritario de la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. "Hemos pasado a una nada modesta modistilla como comandantona de aquel Batallón del Ministerio que yo veía desfilar por la calle Prim cuando era sorche de la Brigada Obrera y Topográfica". En la misma columna ironizaba con que faltaba la "cuota gay" ("No hay derecho, usted, a dejar al pobre Zerolo sin cartera y sin donuts, pero ésa es otra cuestión, y todo se andará") y calificaba a Bibiana Aído, ministra de Igualdad, de "flamenquita pagada por los señoritos del PSOE andaluz".
En el estamento político Francisco Javier León de la Riva, el polémico alcalde de Valladolid, se sumaba a denigrar la imagen de la ministra embarazada dirigiendo las tropas. "Carmen Chacón es como la señorita Pepis vestida de soldado", pronunció, unas palabras que volverían a la memoria un par de años después cuando comentó sobre los "morritos" de Leire Pajín, ministra de Sanidad, que le hacían pensar "siempre en lo mismo", en algo que no "iba a decir".
El sarcasmo contra el nombramiento de una mujer como ministra de Defensa también resonó fuera de las fronteras. "Zapatero ha nombrado un gobierno demasiado rosa para mi gusto", ironizaba Silvio Berlusconi, en la cúspide de su poder antes de que el escándalo de las fiestas bunga bunga supusiera el principio del fin de su influencia política. Según fuentes se habría burlado del panzone, "barrigón", de Chacón. El gobierno del aludido contestó indirectamente: la ministra Cristina Garmendia vistió blusa rosa al día siguiente. "Estas declaraciones dicen mucho de quien las pronuncia"- consideró. Mientras, la prensa internacional reproducía la foto del cambio: "Señora agarra las riendas machistas de España", titulaba The Times.
Pascua militar con traje-chaqueta
El primer año con Chacón al frente de Defensa no pudo desligarse de las polémicas por sexismo, incluso en el ámbito de las decisiones estratégicas. "Me ha parecido que algunas reacciones tenían una carga de profundidad que tenían que ver con su condición de mujer, sobre todo los comentarios posteriores a su decisión" - consideraba Trinidad Jiménez, Secretaria de Estado para Iberoamérica, tras la retirada de las tropas de Kosovo. Si ese mismo anuncio lo hubiera hecho el anterior ministro de Defensa José Bono, aseguraba en marzo de 2009, "las reacciones habrían sido completamente diferentes".
Ese mismo año había brotado una controversia recurrente: la del atuendo de la ministra durante los actos de la Pascua Militar. En enero, Chacón rompió el protocolo que invita a las mujeres a llevar "vestido largo". La ministra lució un traje de chaqueta pantalón de la diseñadora Purificación García con look de esmoquin. Tras la gala, lamentó el foco mediático que se había puesto sobre su vestimenta. "Me aseguré de que el traje fuera protocolariamente adecuado" - aseguró.
"Nuestra Pascua Militar tiene 300 años; por primera vez, una mujer da un discurso al Rey y algunos han creído que de lo que se debía hablar de de la ropa que llevaba la ministra". Los mismos, según ella, a quienes "no gustó nada que hubiera un Gobierno con más mujeres que hombres, que hubiera una mujer como ministra de Defensa y que, además, estuviera embarazada".
"¿Alguien recuerda algún artículo de prensa sobre la indumentaria de algún ministro de Defensa que terminara eclipsando sus palabras?" - criticaba Pajín, secretaria de Organización del PSOE, calificando de "sencillamente insólito y tristemente lamentable" la "frivolidad que profesan algunos medios cuando se trata de informar del trabajo de las mujeres en política". En la misma línea se expresaba la ministra Aído: "Sin ninguna duda, este tema ha surgido sólo porque es mujer, pero es completamente anecdótico".
Curiosamente los apoyos también salieron de filas rivales: de boca de Esperanza Aguirre, ni más ni menos. "Todo lo que lleve una ministra es correctísimo", zanjó la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. "Como mujer que se dedica a la política, me indigna que sea motivo de discusión lo que nos ponemos, cómo nos peinamos, y cómo nos cortamos el pelo… eso no pasa con los hombres".
Chacón repitió el traje-chaqueta en 2010, reeditando la polémica, y en 2011, aunque sus pantalones ya no levantaban polvareda mediática. En 2017 la segunda mujer de la historia que dirige Defensa, María Dolores de Cospedal, ha optado por el vestido largo en la Pascua Militar.
El vergonzoso fotomontaje
La última polémica machista en centrar el tiro sobre Chacón fue la más vejatoria, un hecho vuelto más deplorable aún por partir de otra mujer. En plena campaña electoral de noviembre de 2011, el último tramo de un mandato que quedaría interrumpido al perder José Luis Rodríguez Zapatero las elecciones generales ante Mariano Rajoy, la exdiputada del PP y candidata al Senado por Mallorca Francisca Pol publicaba en su página de Facebook un post bajo el título: "Lo que tiene que hacer una ministra del PSOE para ganar votos".
Se trataba de un fotomontaje sobre una de las fotografías de las visitas de la ministra a Afganistán junto con la plana mayor de las Fuerzas Armadas, incluido José Julio Rodríguez, el JEMAD al que ella nombró y que ahora milita en Podemos. Había sido manipulada para que la blusa blanca que la ministra hizo famosa en sus viajes oficiales estuviera entreabierta y mostrase sus pechos desnudos a los militares. La reacción fue inmediata: el PSOE de Palma exigió la dimisión de Pol del cargo municipal que ocupaba por los "actos tan vergonzosos y despreciables contra la imagen de la mujer".
Pol tomó entonces dos decisiones honrosas por su escasez en esta clase de controversias políticas. La primera consistió en borrar la imagen y deshacerse en disculpas. "He cometido un grave error", reconocía Pol. "Enseguida que he visto los comentarios me he dado cuenta de la metedura de pata y he retirado el fotomontaje inmediatamente. Era una broma de muy mal gusto e inoportuna" - se fustigaba, fruto según ella - "de una manera de actuar irreflexiva y personal". La segunda decisión fue la de dimitir de todos sus cargos.
La huella del mandato de Carme Chacón todavía echaba brotes un año después en plena 'primavera árabe': según recogía El Mundo, los críticos con el poder militar egipcio reivindicaban su figura, la de una mujer civil al mando del Ejército. "Chacón se convirtió en la primera ministra de Defensa de España décadas después del final del régimen de Franco" - escribían jóvenes militantes en la Red. "Estoy orgullosa de ella (...) Los comentarios que se burlan de su embarazo demuestran que inconscientes son los hombres (...) En el ejército hay muchos hombres que no merecen ni la mitad de respeto que esta mujer".