A lo largo de su carrera como modelo, la neozelandesa Jaylene Cook ha posado para fotógrafos de todo el mundo en los lugares más variopintos. Pero lo que esta modelo de Playboy no había conseguido hasta la fecha era fotografiarse por encima de las nubes. Un sueño que cumplió hace unos días al coronar la cima del monte Taranaki, de 2.518 metros de altura, pero que la ha puesto en el ojo del huracán.
"¡Lo conseguimos! Esto fue de lejos lo más difícil que hemos hecho tanto mental como físicamente. A los dos minutos de estar fuera del parking ya estaba sufriendo, sudando y dispuesta a dar marcha atrás. Pero es increíble lo que puedes lograr con el estímulo y apoyo de tu compañero". Éste es el mensaje que Jaylene publicó en su cuenta de Instagram hace cinco días junto a una foto en la cumbre del Taranaki en la que aparece vestida sólo con unas zapatillas, un gorro y unos guantes, y mirando el horizonte.
La instantánea ha puesto en pie de guerra al pueblo maorí. El Taranaki es una montaña sagrada para ellos y no han dudado en acusar a la modelo de transgredir las normas básicas de respeto de tan insigne lugar. "Es como si alguien fuera a la basílica de San Pedro en el Vaticano y se tomara una foto desnuda. Es un lugar sagrado y algo como esto es completamente inapropiado", explica Dennis Ngawhare, portavoz de una tribu local a la BBC.
En este volcán situado en la costa oeste de la isla Norte de Nueva Zelanda descansan los ancestros de esta etnia que compone casi el 15% de la población total. Los maoríes consideran inapropiado el mero hecho de subir hasta la cumbre del Taranaki, aunque en los últimos tiempos se han visto obligados a abrir un poco la mano siempre que se respeten ciertos límites.
Sin embargo, hacerlo de la forma en que lo hicieron la modelo y su chico es sobrepasar todas las normas. "Nada más le pedimos a la gente que, por favor, sea respetuosa. Y éste es sólo el último y molesto ejemplo de alguien que obviamente no sabe cómo debe comportarse ahí", subrayó Ngawhare.
La foto de Cook, que atesora más de 300.000 seguidores en su cuenta de Instagram, acumula más de 18.000 'likes' en cosa de cinco días. Entre los comentarios, muchos de sus seguidores valoran el arrojo para subir hasta la cima. En cambio, muchos otros critican que, siendo neozelandesa, haya despreciado las costumbres maoríes.
Ella, en declaraciones al Daily Mail autraliano, ha asegurado que está sorprendida por la controversia que ha generado su fotografía y que su gesto no fue premeditado. "Estar desnuda no es algo que sea ofensivo por sí mismo. Es algo natural y puro. Se trata de libertad y autonomía".
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