La prueba multideportiva Los 10.000 del Soplao es conocida popularmente como "el infierno cántabro". Este evento, con salida y llegada en la localidad de Cabezón de la Sal (Cantabria), pone a prueba la resistencia de los participantes andando, corriendo o en bicicleta con recorridos de distinta intensidad por los montes del Valle de Saja.
Jesús Herrero de la Herrán fue uno de los corredores que tomaron la salida el pasado sábado 20 de Mayo en la prueba de ultramaratón. Después de completar cerca de 113 km en 12 horas 52 minutos, y llegar a meta como primer clasificado, pidió al speaker que narraba la prueba que le diese la palabra. Llamó a su novia Alba y, con la voz entrecortada, se sacó una flores del maillot para pedirle matrimonio. El vídeo del momento, compartido en Facebook por el portal iFomo Press que retransmitía en directo el evento, ha sido compartido desde entonces por miles de personas.
Durante la grabación -compartida también en la página oficial de Los 10.000 del Soplao en Facebook- su protagonista explica cómo su pareja había sido para él una gran fuente de motivación mientras preparaba la carrera y los sacrificios a los que ambos habían hecho frente. "Tengo mucho que agradecerte porque no es fácil ser la novia de un deportista", señala el joven. Después, mientras el público aplaude y se saca del bolsillo un anillo, le pide matrimonio. El gesto del corredor tuvo final feliz porque su novia, además de recibirlo con un beso, contestó con un "No podía haber elegido mejor compañero de vida".
De la Herrán, que lleva 10 años de relación con su novia, cuenta a EL ESPAÑOL por teléfono que era una cosa que tenía pensado desde hace unos meses pero lo había mantenido en total secreto: "Creí que sería una bonita sorpresa celebrarlo en la meta de esta forma si conseguía la victoria", recuerda, "pero no se lo dije a nadie. No lo sabía ni mi familia ni mis amigos. Solo le había pedido al presentador de la prueba, antes de salir, que si ganaba me pusiera la canción de Carlos Vives Quiero casarme contigo".
El joven, que reside en un pueblo de la zona y ya había ganado esta prueba en 2015, no llevó consigo el anillo durante todo el recorrido, sino que lo recogió - al ver que llevaba ventaja suficiente a sus rivales- unos kilómetros antes de la entrada en meta: "Lo había escondido la noche antes en un sitio que solo conocía yo. Y como sabía que le sacaba unos 12 minutos al siguiente clasificado, paré en ese punto para cogerlo", explica. "La verdad que tuve suerte y todo salió perfecto".
¿Y qué le dijo su novia cuando desaparecieron las cámaras? "Hombre, me dijo que menuda había liado -bromea- pero estaba muy contenta y muy agradecida. Fue un momento muy emotivo porque estaban allí también nuestras familias, así que qué mejor día para hacerlo", explica De la Herrán. El corredor, que en su día fue ciclista, compite ahora en este tipo de pruebas como aficionado tras aprobar una oposición para la Dirección General de Montes del Gobierno de Cantabria.
Como él, otros corredores han contado antes en las redes sociales cómo sorprendieron a sus parejas después de meterse entre pecho y espalda cientos de kilómetros. En agosto de 2015, por ejemplo, se hizo muy popular este post de Instagram en el que Dominic Grossman se arrodillaba ante su novia después de haber completado los 170 kilómetros del Ultra Trail du Montblanc que se celebra en Francia.