Para cualquiera que se mueva en las redes sociales, conocerse los antiguos tuits de Pedro Sánchez debería ser materia de estudio. No por exaltar la talla de estadista del 'renacido' secretario general del PSOE, sino porque están escritos con un candor que no pasa de moda y que lleva a que, como el propio político, reaparezcan una y otra vez en los momentos clave. Cada cual tiene su favorito: Ser malos! Buenas noches colegas es un must de cada fin de semana, mientras que En taxi, por el camino mas largo al destino; que digo? Hago? entronca más con las preocupaciones del ciudadano de a pie.
Hay uno, sin embargo, que tiene tendencia a reflotar abriendo una ventana a los gustos culinarios del líder socialista (y a una tendencia a comentar sus degluciones en las redes sociales que anticipaba de forma pionera a Instagram): Con mis colegas en el restaurante luna rosa, comiendo una pizza cojonuda, escrito en la Navidad de 2010.
Esta especialidad universal de la cocina italiana está vinculada inevitablemente al momento más sombrío del Partido Socialista, cuando un envío masivo de pizzas a la sede de la calle Ferraz fue orquestado por Forocoches durante el incendiario Comité Federal que supuso el derrocamiento de Sánchez. Ocho meses después, con el triunfal regreso que cierra en principio la crisis del PSOE, aquél tuit antediluviano sobre "pizzas cojonudas" ha sido el ingrediente de una confusión aderezada con mala idea que terminó servida en la cobertura de prensa de las Primarias.
Así, entre la multitud de bromas en las redes surgidas al calor del escrutinio que, cada vez con mayor certeza, iba indicando la victoria inminente de Sánchez, un tuitero sevillano, Dani, ironizaba con haber visto a Pedro Sánchez en la famosa pizzería protagonista de su inmortal y "cojonudo" tuit de hace seis años y medio.
Los tuits de Dani sobre la noche electoral socialista estaban escritos con la misma ironía (también hablaba de Susana Díaz "fumándose unos porritos" en La Alameda de Sevilla) para su modesta audiencia de menos de 300 seguidores. Sin embargo, el tuit sobre la pizzería con apenas un par de interacciones fue captado por un periodista, que lo tomó como literal y contactó. El tuitero decidió seguir entonces con la tomadura de pelo y sacar capturas de la conversación para presumir de troleo.
Dani fue enriqueciendo el relato con más embustes: la "pizza cojonuda" habría sido una "barbacoa sin cebolla", algo que sabría de primera mano porque el cocinero es su "padre". La pizzería Luna Rossa está, como confirmaban en la conversación, en el céntrico barrio madrileño de San Bernardo, mientras que el burlador escribía desde Andalucía.
Poco después exhibía su trofeo: el bulo que había engordado aparecía publicado en El Mundo y, como remate, el famoso tuit de la "pizza cojonuda" servía de confirmación.
La historia sirve de reflexión y moraleja para todos los que nos dedicamos al periodismo, especialmente para quienes como en esta Jungla nos movemos en el precipitado ámbito de las redes sociales, llenas de bromistas en potencia. Tras destapar Dani el engaño, el diario rectificó el párrafo con su historia inventada, aunque una referencia a la cena pizzera que habría compartido Sánchez con su esposa antes del recuento y que nunca existió permanece en el subtítulo.