Afrontar una enfermedad como el cáncer nunca es una tarea fácil. Ni para la persona que la sufre ni para su familia. Sobre todo, si el cáncer no tiene cura. Sin embargo, muchas veces, los más grandes gestos tienen lugar en los momentos más difíciles, cuando apenas resta un hilo de vida.
Es lo que ocurrió hace unas semanas en Knoxville (Estados Unidos). Ronda Bivens, una joven de 28 años a la que habían diagnosticado un extraño cáncer terminal, decidió casarse con su novio de toda la vida, Matthew Mager. Con él había compartido los últimos 10 años y tenían dos niños en común. Siempre habían hablado de tener una gran boda, pero, hasta la fecha había sido imposible contraer matrimonio por diversas circunstancias.
Rodeada de toda su familia y amigos, Ronda se casó con el padre de sus dos hijos el pasado 18 de mayo en una ceremonia improvisada a la que acudieron sus familiares y amigos más próximos. "Ella quería tener una boda bonita y yo quise dársela", asegura Matt en declaraciones al Huffington Post.
La vida de Ronda cambió por completo hace cosa de un año, cuando le fue diagnosticado un sarcoma epitelioide en su tobillo, un tumor de difícil diagnóstico que se origina en los tejidos blandos y que provocó que los médicos tuvieran que amputarle una parte de la pierna. Desde entonces había estado enfrentándose a sesiones de quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, el cáncer acabó extendiéndose a los pulmones.
"Desde el primer día que descubrimos que tenía cáncer le dije que siempre habíamos hablado de tener una gran boda. 'Si ocurre algo, nos casaremos. De alguna forma'", explicó Matt a Inside Edition.
Hace unas semanas, la salud de Ronda empeoró de forma repentina. Hasta tal punto, que los médicos le dijeron que le quedaban sólo unos días de vida. El tumor se había extendido también al cerebro. Fue entonces cuando Matt decidió acelerarlo todo. Amanda Dalton, la mejor amiga de Ronda, fue quien ayudó a organizar la boda. Contactaron con la oficina del secretario del condado, localizaron al sacerdote y reunieron a las personas más cercanas. Además, alquilaron un vestido para la novia.
La ceremonia tuvo lugar en la unidad de cuidados intensivos del hospital, justo el mismo día que Ronda cumplía 28 años. Matt y Ronda se dieron allí el sí quiero. "Bromeé con ella y le dije que ahora no se iba a ir a ninguna parte. Que estábamos enganchados", asegura su marido.
Mientras aguardan un milagro, la pareja asegura que ha pasado los últimos días mirando fotos de la boda. "Si es cuestión de una semana o de un año, siempre estaré agradecido por este momento".