No suele ser habitual que un youtuber ofrezca cifras concretas del beneficio que obtiene por sus vídeos, pero algo parece estar cambiando en la comunidad youtuber. El pasado 27 de mayo Wismichu -responsable de un canal de YouTube que supera los 5 millones de suscriptores- hacía público el beneficio obtenido por su último vídeo ¡SILENCIO 3!. Reproducciones: más de 2 millones. Ingresos estimados: 104,64 dólares (uno 94 euros).
La crítica de Wismichu -que publicó en su cuenta en Twitter y a la que se sumaron otros youtubers - se enmarca en un contexto de malestar general de los creadores por la actualización de las normas de monetización de YouTube. Tal y como Wismichu ha explicado después, las ganancias por un vídeo con ese número de reproducciones solía rondar los 1.000 euros. Una cifra muy superior a la actual.
Wismichu no ha sido el único en denunciar esta situación. El famoso youtuber sueco PewDiePie amenazó con cerrar su canal y explicó el problema al que, a su juicio, se enfrentaban los creadores. El pasado mes de septiembre El Rubius -el primer español en superar los 20 millones de suscriptores- abordaba también el asunto en uno vídeo titulado La nueva CENSURA en YouTube.
"Como muchos sabéis, YouTube ha cambiado las normas de la comunidad", explicaba. "Y ahora van a empezar a censurar a youtubers o creadores de contenido que hacen contenido vulgar, que dicen palabrotas o que hacen alguna referencia sexual. Les quitarán el derecho a poner anuncios en sus vídeos y monitorizarlos". El Rubius recordaba que era algo que ya estaba pasando a muchos youtubers extranjeros e ironizaba sobre cómo iba afectar al tono de sus vídeos y al lenguaje que utilizaba en su canal.
Los términos de YouTube
En las directrices de contenido adecuado para anunciantes que pueden encontrarse en la página de Google España, se especifica que el contenido considerado inadecuado es aquel que incluye, entre otros, escenas de carácter sugerente, violencia, lenguaje inapropiado o vulgar, y asuntos delicados como conflictos bélicos o políticos.
De esta forma, "si alguno de los puntos anteriores describe una parte de tu vídeo, quizá no sea apto para participar en el Programa de Obtención de Ingresos". Es decir, aunque ese vídeo vaya a recibir una recompensa económica es posible que no pase la criba para ser incluido en "todos los formatos de anuncios".
Consultados sobre las críticas expresadas por los creadores, desde YouTube España remiten a EL ESPAÑOL a un post de Ariel Bardin -VP Product Management de Google Payment- publicado el pasado 20 de marzo. "En YouTube creemos que todos deben tener voz", señala Bardin. "Durante casi una década, hemos compartido los ingresos publicitarios con nuestros creadores basados en el éxito de sus vídeos. Estos ingresos han creado una nueva economía vibrante, donde cualquier persona con una cámara o un teléfono puede convertir su creatividad en una carrera".
La compañía, sin embargo, considera que "hay una diferencia entre la expresión libre que se vive en YouTube y el contenido que las marcas eligen para colocar sus anuncios". Según Bardin estas medidas se toman porque "la confianza de los anunciantes es fundamental para el éxito financiero" de los creadores. Y ese sentido, añade, se les ofrece la oportunidad de "apelar si sienten que alguno de sus vídeos ha sido desmonetizado injustamente".
¿El fin de los youtubers tal y como los conocemos?
Los afectados señalan que, aunque estos términos no son nuevos, están notando ahora sus efectos porque la compañía ha comenzado a aplicarlos de forma más estricta. En la práctica, dicen, ese cambio en el algoritmo supone que, aunque las reproducciones de sus vídeos sigan siendo millonarias, ellos perciben cantidades económicas irrisorias porque los anunciantes desaparecen y no secundan su contenido.
¿En qué puede derivar esta situación? "Estamos jodidos" indicaba Wismichu en este vídeo colgado en su canal en el que ironizaba sobre su futuro y se imagina desahuciado debajo de un puente. "Lo único que van a lograr con esto es hundir a youtubers pequeños que están empezando a despuntar", señalaba en Twitter. "Ya van casi 3 meses así y no dan solución".