"Sr Cárdenas, con que una sola familia haya decidido no vacunar a sus hijos tras escucharle ya habremos fracasado"
En la Jungla. 'Lucía, mi pediatra', médico y divulgadora, reprocha al presentador haber sido "irresponsable y temerario" en una carta que se ha hecho viral. "Cualquiera que haya visto morir a un niño por una enfermedad prevenible no alberga dudas".
8 junio, 2017 18:27Noticias relacionadas
- De los agujeros negros al ADN: diez avances que surgieron de un pique entre científicos
- Así embaucan 30 curanderos a enfermos desesperados con psicomagia o agua de mar
- Las diez vacunas que más vidas han salvado en la historia de la humanidad
- El sarampión arrasa Europa: por qué estamos perdiendo esta batalla
No habían pasado ni cuatro días desde que Rosa Montero indignase a la comunidad médica y científica defendiendo la homeopatía, "inocua y barata", frente a los medicamentos que no son otra cosa que "publicidad encubierta" de la industria farmacéutica. El miércoles por la mañana Javier Cárdenas tomaba el relevo de la bandera de las teorías conspirativas avivando desde su programa de radio Levántate y Cárdenas un mito desacreditado por los investigadores pero de nefastas consecuencias: la relación entre las vacunas y el autismo.
"Ya lo dijo incluso Obama, el autismo se ha convertido en una epidemia" - aseguraba Cárdenas en antena. "Algo se está haciendo mal desde el punto de vista de las vacunas" Según el presentador, "hechos importantes" respaldan este vínculo, a saber: que las vacunas "tienen metales pesados que los cuerpos de los niños no saben absorber" y que en Estados Unidos los casos de autismo habían aumentado "casi un 80%, obviamente no de casualidad".
Esto llevaba a Cárdenas a interrogarse sobre por qué no se "investigaba de verdad" aludiendo, como hiciera Rosa Montero, a los intereses encubiertos de "lobbies poderosos". Repetía una falacia asentada sobre la edad en la que se empiezan a reconocer los síntomas de autismo en el niño y su coincidencia con el calendario de vacunaciones. "Nacen, son totalmente normales, y cuando pasa el tiempo, sobre todo una gran parte de ellos a raíz de las primeras vacunas, comienza ese calvario para tantas familias".
Los médicos tenemos la obligación de dar información contrastada. Nos va la responsabilidad de la salud de la gente en ello. Eso es algo que determinados comunicadores no asumen
Las reacciones llegaron al instante. Primero como un goteo de incredulidad en las redes sociales. Después, con respuestas desde publicaciones especializadas. "Las declaraciones realizadas esta mañana por Javier Cárdenas son infundadas y no cuentan con ninguna evidencia científica" - denunciaba Ángela Bernardo desde Hipertextual. "Las vacunas salvan vidas y tenemos la responsabilidad de transmitirlo así", escribía Melisa Tuya, periodista y madre de un niño autista, en 20minutos. "Ojalá las vacunas fueran la causa del autismo" - llegaba a decir el pediatra e investigador Federico Martinón-Torres en El País. "Porque entonces habríamos identificado el origen de un problema de gran relevancia y podríamos ponerle remedio".
El propio Cárdenas respondía, desafiante, el miércoles por la noche. Aseguraba haber sido "manipulado" y mostraba en un pantallazo de una búsqueda de Google las noticias de las que se había echo eco en el programa. Curiosamente, una de los artículos mostradas sostiene exactamente lo contrario de lo que dijo en antena: el texto del medio mexicano Expansión habla de un estudio que fue retirado por "serias preocupaciones sobre la validez de sus conclusiones".
Una vez más intentan engañar a 4 manipulando. Solo nos hicimos eco de noticias como el resto.
Yo si que estoy vacunado de manipuladores. pic.twitter.com/1lDiMSUSiX
— Javier Cardenas (@_javiercardenas) 7 de junio de 2017
"Parece que hoy en día todo es opinable" - explica Lucía Galán Bertrand, pediatra y divulgadora. "Pero yo no hablaría de Macroeconomía, porque no sé de eso. Los médicos tenemos la obligación de dar información contrastada y con la ciencia sobre la mesa, porque nos va la responsabilidad de la salud de la gente en ello. Y eso es algo que determinados comunicadores no asumen". La diatriba de Cárdenas en la radio dejó a la doctora perpleja; su respuesta noctámbula en Twitter, más todavía.
"¿Un pantallazo de una búsqueda en Google en la que muestra a un medio de dudosa fiabilidad?" - se sorprende, en referencia a la web que - esta sí - difunde la teoría conspirativa. "Si vas a manifestar tan poca credibilidad es mejor que no digas nada". La pediatra sabe de lo que habla: desde 2014 escribe en el blog Lucía, mi pediatra, premio Bitácoras 2015, y a sus colaboraciones en prensa y publicaciones suma un perfil de Facebook con más de 150.000 seguidores. "Cuando yo escribo, cito y enlazo mis fuentes. Y cuando me ha tocado rectificar, lo he hecho".
De Lucía, mi pediatra ha partido en la mañana del jueves la carta 'Estimado Sr. Cárdenas'. El éxito ha sido fulgurante. Portada del agregador Menéname, más de 8.600 compartidos en Facebook, medio millón de lecturas en cuatro horas. "El móvil no ha parado de pitar" - comenta Lucía entre risas. "No me lo podía esperar. Pero me alegra muchísimo. Demuestra la capacidad de movilización que podemos alcanzar con nuestro mensaje".
Cualquier pediatra que ha visto morir a un niño de una enfermedad prevenible por una vacuna no alberga dudas
La carta, subraya, está escrita desde el respeto a la profesión y la persona de Javier Cárdenas. "No busco ningún linchamiento". En tono didáctico desmiente los tres "hechos importantes" que había mencionado el presentador. El primero: no existe ningún estudio que vincule autismo y vacunas avalado por la comunidad científica; el que desató la paranoia antivacunas fue desacreditado hace años al mismo tiempo que su autor, el médico británico Andrew Wakefield; segundo, no hay una "epidemia" de autismo, sino un diagnóstico más eficaz de los casos; y tercero, "las vacunas son seguras, no contienen mercurio, son efectivas y salvan cada año millones de vidas en el mundo".
En su misiva, la pediatra explica cómo había dedicado la última visita de su consulta a responder a las dudas de unos padres sobre la vacunación. "Es normal que surjan dudas, especialmente cuando las vacunas son nuevas. No debemos culpabilizar sino explicar". Cuando oyó lo que Cárdenas había dicho en antena, confiesa, fue "desolador". De este modo lo expresaba en su carta: "Con que una sola familia haya dudado o haya decidido no vacunar a sus hijos tras escucharle ayer en la radio, ya habremos fracasado todos".
Con que una sola familia haya dudado o haya decidido no vacunar a sus hijos tras escucharle ayer en la radio, ya habremos fracasado todos.
"Cualquier pediatra que ha visto morir a un niño de una enfermedad prevenible por una vacuna no alberga dudas" - zanja con determinación. En su texto habla de casos fatales provocados por un meningocóco para el que no existía vacuna o por una varicela que no estaba incluida en el calendario de vacunaciones, e incluso de la meningitis que la postró a ella de niña. También hace referencia al sarampión, que ha rebrotado en los países europeos con mayor implantación de las tesis antivacunas. "En España tenemos afortunadamente una tasa alta de vacunaciones" - afirma. "Pero no podemos bajar la guardia. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar..."
El desánimo de ayer se ha tornado en esperanza con el alcance de la respuesta crítica al escepticismo sobre las vacunas. "Con que hayamos conseguido convencer aunque solo sea a una de las familias que ayer dudaba, habrá merecido la pena" - dice la doctora. Sabe que su activismo le hará blanco de los ataques e insultos de los antivacunas más radicales. "Son pocos, pero hacen daño". Los define como "ruidosos, anónimos y extremadamente maleducados". Pero resta importancia al acoso. "Es la otra cara de la moneda en las redes sociales, y desde luego, no me va a desanimar".