A veces parecen fáciles de usar pero no siempre lo son. Un hombre acabó el pasado sábado en el hospital Arquitecto Marcide de Ferrol, según informa La Voz de Galicia cuando un anillo erótico se le quedó atascado en el pene y no podía retirárselo. El suceso obligó a los bomberos a acudir al quirófano para ayudar a retirar el juguete que oprimía el miembro de la víctima.
El anillo, fabricado en metal, ayuda a retrasar la eyaculación y prolonga la erección ¡Ay, la lujuria! Pero precisamente por esto no se puede usar más de media hora, ya que puede acabar causando daños. Modelos de otros materiales, como la silicona, pueden ser cortados fácilmente con unas tijeras. Los metálicos, sin embargo, pueden dar bastantes más problemas, como es el caso, si son excesivamente pequeños y acaban estrangulando el pene, por lo que al usarlos se debe saber controlar la erección.
Una intervención diferente
Al no disponer en el quirófano del equipo necesario para cortar el anillo, los médicos se vieron obligados a requerir la ayuda de los bomberos. No es algo extraño que ayuden a cortar elementos de pacientes, sin embargo en este caso la situación les debió sorprender bastante, ya que nunca se habían encontrado una situación así en una zona tan sensible, como explicaron al diario gallego.
La intervención la realizaron un un dremel, una radial de pequeñas dimensiones y alta precisión, y suponemos que también con mucho, mucho cuidado. Esperamos también que el paciente estuviera debidamente sedado, de lo contrario ver cómo se acerca una sierra a su pequeño amigo le tuvo que bajar la libido para los próximos tres años.
Intuimos que la próxima vez no intentará experimentar tanto.