El pasado sábado Estados Unidos vivió uno de los momentos más turbios de los últimos años cuando un grupo de cientos supremacistas blancos miembros del Ku Klux Klan marcharon en Charlottesville cantando consignas racistas, nazis y mostrando todo tipo de simbología del Tercer Reich.
La marcha protestaba por la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee y había sido declarada ilegal por el ayuntamiento. La jornada terminó en violencia y con una joven muerta cuando un individuo -que por alguna razón se considera a si mismo de una raza superior- atropelló con su coche a un grupo de contramanifestantes.
Las antorchas, grandes protagonistas
Las antorchas siempre han sido un elemento visual asociado al Ku Klux Klan, y en su aparición en Virginia volvieron a hacer gala de ellas, mostrando algunas imágenes como visualmente potentes:
La cuestión es que buena parte de estas antorchas eran de la marca Tiki, un fabricante de velas y antorchas decorativas para casas y jardines. Concretamente, el modelo Barbados Bamboo que se puede adquirir por 15,99 dólares era el más repetido entre el grupo de nazis.
A la marca no le hizo mucha gracia esto y el mismo sábado publicó el siguiente mensaje en Facebook:
"Tiki no está asociada de ninguna manera con los eventos que han tenido lugar en Charlottesville y estamos profundamente molestos y entristecidos. No apoyamos ni su mensaje ni el uso de nuestro producto con estos fines. Nuestros productos están diseñados para hacer más agradables los encuentros en el jardín y ayudar a las familias y a los amigos a conectar en su casa y en su patio".
Mientras el fabricante de antorchas se desmarcaba claramente del uso de su propio producto, Trump realizó unas declaraciones en las que condenaba la violencia "de muchos bandos", sin especificar a qué bandos se refería, marchándose de la sala cuando le pidieron que condenara el supremacismo blanco.
Una tibieza inusual en un presidente que ha llamado "tipo enfermo" a su antecesor en un tuit escrito a altas horas de la madrugada y que se ha prodigado en el insulto, burla y amenaza sin importarle mucho el cargo que ocupa.
El siguiente tuit de David Duke, antiguo líder del Ku Klux Klan puede servir para entender las reticencias de Trump a la hora de condenar abiertamente a este colectivo:
"Le recomiendo que se mire bien al espejo y recuerde que fuimos los americanos blancos quienes le dimos la presidencia, no los radicales de izquierda", escribía en una réplica al presidente.
Tras soportar críticas durante todo el domingo desde dentro y fuera del partido y con el equipo de comunicación tratando de arreglar como fuera el lío -un portavoz llegó a afirmar que no quiso legitimar a los racistas al referirse a ellos-, la tarde del lunes tuvo que dar una nueva rueda de prensa esta vez sí condenando abiertamente a los neonazis. Dos días después que el fabricante de antorchas.