Internet está llena de historias asombrosas y que parecen increíbles. Y, bueno, muchas parecen increíbles porque son sencillamente mentira. Quien lleve unos años en la red estará acostumbrado a toparse con fakes. Los bulos son en realidad mucho más antiguos que la red -el perro, la niña, Ricky Martin, ya sabéis-, pero plataformas como Facebook o Twitter han facilitado enormemente su propagación.
A estas alturas uno duda ya de cualquier cosa, y mucho más de una historia como la siguiente: Blake Henderson estaba volando con su biplano a una altura de 1000 pies y grabando el paisaje cuando se topó con unas turbulencias que arrancaron su smartphone de su mano.
El dispositivo cayó una distancia de unos 300 metros -según los cálculos realizados en los comentarios de YouTube, alcanzando una velocidad de unos 70 kilómetros por hora-. Sorprendentemente, el Samsung Galaxy S5 sobrevive y, no solo eso, continúa con su grabación hasta ser encontrado poco después por una familia.
En los comentarios del vídeo mucha gente se muestra escéptica, apuntando a la diferencia de resolución entre antes de la caída y después como posible prueba. Ante esto, el autor -sobrino del dueño del teléfono, que lo subió a la plataforma- decidió volver a subir el vídeo de forma íntegra, sin editar ni cortes.
Aunque es cierto que ese modelo estaba fabricado en plástico -menos estético pero más resistente a las caídas- y parece que un montón de hierba amortigua su caída, sin embargo el efecto que genera el giro durante la caída facilita mucho la introducción de un corte antes y después. Además, muchos usuarios apuntan a la poca naturalidad de la reacción al encontrarlo, ya que siguen grabando casi un minuto después, cuando lo normal hubiera sido detener la cámara.
La eterna pregunta del internauta: ¿esto es real o falso? ¿tú qué crees?