Twitter lleva casi un año a la venta sin encontrar comprador. Google y Disney son solo dos de las empresas que han tanteado el terreno sin llegar a ejecutar la operación. Ahora ha aparecido un inesperado actor con una peculiar intención: comprar la red social para suspender la cuenta de Donald Trump, desde la que el presidente publica polémicos mensajes.
Valerie Plame es una ex agente de la CIA conocida por haber sido el escándalo conocido como "Plamegate", después de que su identidad como operativo de la agencia fuese revelado en 2003 cuando se encontraba en Niger investigando las posibles conexiones de la industria del uranio y el régimen de Sadam Hussein. La filtración condujo a una serie de juicios en los que se llegó a denunciar a Dick Cheney, aunque el juez desestimó esta demanda.
Ahora la agente se ha puesto un nuevo objetivo: retirar uno de los altavoces a Donald Trump. "Si los ejecutivos de Twitter no cierran el odio y la violencia de Trump, entonces es nuestra obligación", tuiteó con los hashtags #BuyTwitter (compra Twitter) y #BanTrump (bloquear a Trump). Para ello, ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding.
Objetivo: 1000 millones para ser la accionista mayoritaria
La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, declaró a Bloomberg que "este ridículo intento es una violación de la primera enmienda y una expresión de odio e intolerancia".
Para lograr su objetivo -comprar las suficientes acciones para controlar Twitter- Plame necesita ni más ni menos que 1000 millones de dólares, de los cuales lleva acumulados 33.000, por lo que parece muy complicado que llegue a conseguirlo.
De hecho, para lograr suficientes acciones como para controlar la empresa debería conseguir 6000 millones, si bien en el caso de alcanzar el objetivo se convertiría en la accionista mayoritaria.