Dicen que el tiempo es capaz de acabar con todo, desde las montañas a las estrellas. Sin embargo, lo que el tiempo no fue capaz de destruir en 800 años, las ansias por lograr un like en las redes sociales lo hizo en cinco minutos. Durante ocho siglos un ataúd expuesto en un museo británico soportó el paso del tiempo, hasta que una familia tuvo la brillante idea de hacer una foto a su hijo en el interior del artefacto. Porque no hay nada más gracioso que una foto un niño dentro de un ataúd ancestral.
Los padres levantaron al pequeño por encima de la mampara que protegía la exposición y lo colocaron dentro. El ataúd, de piedra arenisca, no soportó el peso y cayó de su soporte, causando que una parte se rompiera. Viendo la situación, la familia abandonó el lugar del crimen sin avisar a los responsables del museo Prittlewell Priory de Southend, pero fueron cazados por las cámaras de seguridad, aunque el vídeo no ha trascendido (una pena).
La pieza destruida data del siglo XIII y fue encontrada en 1921 con el esqueleto de su ocupante todavía dentro, posiblemente un monje de alguna abadía cercana. Por suerte, el coste de las reparaciones estará en torno a las 100 libras.
El ansia por el like, un peligro para los museos
No es la primera vez que una foto para las redes sociales tienen consecuencias fatales para el museo. El mes pasado una visitante causó daños por un valor de 200.000 dólares al acercarse demasiado a una exposición al intentar hacerse un selfie.