En algún punto del proceso intelectual podía parecer una buena idea. Ponerte una pulsera que permite dar pequeñas descargas eléctricas y luego compartir con todo Internet un botón que permite activar el dispositivo. Como dijo el filósofo ¿qué podía salir mal?
Kevin Rasposo es un redactor de tecnología de Knowtechie y debía realizar un artículo sobre esta maravillosa pulserita, pensada para ayudar a los usuarios a abandonar malos hábitos dándoles un pequeño y desagradable zumbido eléctrico.
El periodista quiso ir más allá de lo que le exige el honor y el deber, y también posiblemente más allá de lo que el mundo le pedía. Pero ya sabéis, tal vez no son los héroes que merecemos, pero son los héroes que tenemos.
"Pues llevo una pulsera que te da descargas eléctricas. Puedo hacer que la gente pueda activarlo de forma remota. Pruébalo", escribía a sus más de 8000 seguidores en Twitter, junto a un enlace que permitía electrocutarle. Lo que sucedió no debió sorprender a nadie, el mismo lo dijo antes de empezar el show: me voy a arrepentir de esto:
Y efectivamente, no tardó: "¿Quién demonios le ha dado a una descarga fuerte? ¡Esa ha dolido!". "Me estáis matando".
La marca que las descargas le dejaron en la piel es claramente visible:
Incluso llegó a realizar una transmisión en directo de diez minutos de su tortura:
¿Y por qué lo hizo? Lo hizo por el nombre del contenido:
Internet no merece este tipo de héroes.