Tinder es un no parar de historias locas, pero esta probablemente se lleve con comodidad el título de peor cita de la historia. Basta con ver cómo termino: ella siendo rescatada por los bomberos tras quedar atrapada, colgando por una ventana, al tratar de rescatar un paquetito de papel con sus propios excrementos.
Liam Smyth relata todo lo sucedido en la campaña de GoFundMe que creó para poder reparar la maltrecha ventana -en apenas unas horas recaudó los cerca de 330€ que necesitaba y en 18 horas alcanzó los 1790€, por lo que la próxima cita la podrá tener en el cine, por ejemplo-.
Todo empezó de una manera más o menos normal. Fueron a cenar a Nandos, un restaurante de Bristol, y la conversación fue agradable, hubo química todo parecía ir bien. Acabada la cena, fueron a casa de él para ver un documental, My Scientology Movie, narrado y escrito por Louis Theroux sobre la iglesia de la Cienciología. Tras una hora de película, ella se levantó para ir al baño. Y aquí es donde todo da un giro extremadamente loco.
El incidente desencadenante: la cadena no funcionaba
La chica se sentó e hizo sus cosas como una persona normal. Pero al ir a tirar de la cadena esta no hizo desaparecer sus excrementos para siempre y la perspectiva de que estos quedasen flotando en el retrete del chico que -suponemos- le gustaba le hizo entrar en pánico y tomar una serie de catastróficas decisiones.
Muchos hubiéramos cogido un cubo, llenado de agua y vaciado en el retrete. Pero ella no. Ella cogió papel de baño, rescató sus caquitas y decidió tirarlas por la ventana. Hay veces que el remedio es peor que la enfermedad, y este es una de ellas.
Para infortunio de la chica, la ventana no daba al patio, sino a un espacio de unos 50 centímetros separada del resto de la creación por un cristal doble que no se podía abrir. Ahí, en esa zona muerta, quedaron atrapadas sus cosas.
Asumiendo responsabilidades
Fue en este punto que la chica decidió hacer de tripas corazón y contarle a Liam lo sucedido. Él no vio otra opción que coger un martillo, romper el cristal y rescatar la caca atrapada. Sin embargo, de las profundidades de la mente de la chica surgió una nueva y genial idea.
Como era gimnasta amateur, estaba segura de que podría colarse por la pequeña apertura superior de la ventana y descolgarse lo suficiente para realizar el rescate sin romper la ventana. Pero no, no fue capaz. Al menos no del plan completo. Logró, eso sí, subirse y descolgarse por el hueco. De lo que no fue capaz es de salir de ahí.
Tras 15 minutos colgada bocabajo en un hueco de 40 centímetros con la única compañía de unas cacas envueltas en papel higiénico, Liam empezó a preocuparse por su salud, así que decidió hacer lo que no hizo ella: tomar una decisión sensata y llamar a los bomberos.
Los valerosos hombres del Cuerpo de Bomberos de Bristol lograron rescatar a la chica en apenas 15 minutos, eso sí, no sin acabar de destrozar la ventana.
El dinero extra recaudado, donado a caridad
El coste de reparar la ventana era de 300 libras (unos 330€). Como estudiante, esa cantidad es una parte importante de su presupuesto mensual, por lo que decidió recurrir a la magia de Internet para lograr reunir el dinero. La red hizo magia y en unas horas tenía 1639 libras, cerca de 1790€.
Haciendo gala de un sentido del humor muy británico, Liam decidió destinar el dinero extra a dos obras de caridad. El 60% del dinero lo donó a una ONG que se dedica a instalar y mantener retretes y sanitarios en países en vías de desarrollo. El resto fue donado a los bomberos.
Pero la pregunta del millón es ¿habrá segunda cita después de todo esto? "Es una chica encantadora" explicó al Daily Mail. "Ahora estoy muy ocupado con trabajos, pero realmente estoy abierto a volver a verla".