Hacer una película no es fácil. De hecho, es extremadamente difícil. A veces las cosas no salen todo lo bien que podrían salir, a veces las cosas salen mal… y a veces el desastre es de tal calibre que directamente tiene mucho mérito haberlo hecho tan rematada mal. Hay películas tan malas que dan la vuelta a las clasificaciones. 

Son las llamadas películas “malabuenas”. Películas que consiguen que te partas de risa, pero de la forma que ellas no esperaban. No te ríes con las películas, te ríes de las películas. Son cintas ideales para reunirse con amigos y amigas un viernes o un sábado por la noche. 

Se trata de completos desastres audiovisuales, algunos de gran presupuesto y esperando ser grandes éxitos, otros nunca estaban destinados a salir de la serie B (o C). Con todos ellos es imposible, sin embargo, no reírse a carcajadas.

Hulk

Antes de que Marvel tomase las riendas de su universo cinematográfico, Universal trató de sacar provecho de la licencia de Hulk. Para ello puso en manos de Ang Lee un presupuesto de 137 millones de dólares para adaptar el cómic.

Ang Lee venía de sorprender al mundo con Tigre y Dragón y es reconocido como un director con un cierto corte experimental. Y vaya si experimentó. El resultado fue un Frankenstein de película que intentaba mezclar el lenguaje del cómic y del cine de forma totalmente fracasada, con un montaje que parecía realizado por un estudiante que quería probar todos los efectos de transición del Windows Movie Maker. Deliciosa. 

Dragonball: Evolution

El anime siempre ha sufrido malas adaptaciones al cine occidental, pero pocos han salido con heridas tan grandes como Goku y sus compañeros. Casi ocho años pasaron desde que Fox se hizo con los derechos de la obra de Akira Toriyama hasta su estreno. Es lo que popularmente se llama en la industria como “deveolpment hell”, o infierno de desarrollo en el que todo sale mal.

Una de esas películas que se lanzan con la única intención de recuperar algo de lo invertido, por mala que sea. Actores que recitan los diálogos como si fueran el valor nutricional de los cereales Kellogg’s se juntan con otros histriónicos con sobredosis de azúcar. La película empieza con Goku viviendo con su abuelo en una gran ciudad con una subtrama a lo Sensación de vivir con pijos salidos de upper L.A, y aunque pueda sorprender, todo va hacia abajo hasta la aparición de un tipo disfrazado de Piccolo que parece salido de un carnaval del colegio. La pelea final, hecha con tres duros, es la mejor comedia en décadas.

Street Fighter 

Los videojuegos no han tenido major suerte que el anime al dar el salto al cine. Street Fighter es uno de esos intentos, liderado por un Jean-Claude Van Damme que se siente en su salsa dando mamporros. El juego no es que tenga mucha historia –más allá de los combos de guantazos-, por lo que los guionistas decidieron ponerse creativos y crear una historia en la que todo parece basarse en que los personajes tienen que acabar vestidos como en el juego de la forma más loca posible.

Es la última película del gran Raul Julia, que va pasadísimo de rosca toda la cinta. Al menos no se toma en serio a sí misma con momentos absurdos, como cuando vemos que el cuadro de control de la base del malo son los mandos del arcade original. Una obra fundacional en el desastroso género de películas de videojuegos.

Mortal Kombat (y Mortal Kombat II: Anihilation)

Si Street Fighter tenía su película, la franquicia rival por el título de mejor juego de lucha de los 90 también. Pero en este caso la película no tiene ni un ápice del tono semicómico de Street Fighter y eso lo hace más divertida aún. Con un actor icónico como Christopher Lambert en uno de sus principales papeles, la película tiene un montaje absurdo en el que parece que el responsable no tuviera ni idea de qué venía a continuación (y que fuese incapaz de recordar qué había pasado) unos efectos especiales deliciosamente cutres y una obsesión para meter con calzador todas las frases que sonaban en el juego, como “finish him” o “fatality”, unos efectos extremadamente cutres que culminan en una escena que supuestamente  transcurre en un barco y que parece grabado en el escenario de una obra de teatro de colegio. La segunda parte es tan mala que ni los actores malos quisieron volver. 

Anaconda

Ojo al dato, que el director de esto es ni más ni menos que el sobrino de todo un premio Nobel de literatura: Mario Vargas Llosa. La película sigue a un grupo de documentalistas liderados por Jennifer Lopez que busca a una antigua tribu. Todo va bien hasta que empiezan a pasar cosas raras.

Se encuentran con Jon Voight que se pasa toda la cinta poniendo cara de estreñido y una anaconda gigante decide que son un buen desayuno. La cinta se puede resumir en las caras de Jon Voight y en la escena en la que la catarata sube hacia arriba. Esta mítica escena se debe a que el director no pensó que necesitaría un plano del barco abandonando un escenario, por lo que cuando lo necesitó usó el plano de la llegada al revés. ¡La magia del cine en estado puro!

Titanic 2

Ahhh, esta es gloriosa. Se trata de una producción de Asylum, que ahora triunfa gracias a sagas como Sharknado, películas que tratan de imitar a las películas cutres. Pero antes de eso triunfó con obras como esta. Esto no es otra cosa un mockbuster, una cinta lanzada directamente en DVD con un título similar a un éxito, con tal de que algún descuidado la comprase pensando que era el blockbuster que estaba buscando. Es decir, una estafa. La productora lanzó otras cintes de este tipo como Transmorphers, Paranormal Entity o Serpientes en el Tren.

Esta sigue la historia de un millonario que no tiene mejor idea lanzar a los mares una réplica del Titanic, casualmente llamado Titanic 2. En el viaje inaugural se encuentra con una exnovia, que trabaja de azafata en el barco. Casualmente, en ese primer viaje un megatsunami (la película está llena de terminología técnica) hace volcar el barco y millonario y exnovia tienen que patearse el barco entre efectos especiales que podrían pasar como secuencias de un videojuego de 1993 para sobrevivir y acaban en el agua en un final que te sorprenderá.

Salsa 

Cuando una productora como Cannon Group, especializada en películas de Chuck Norris decide capitalizar el éxito de Dirty Dancing y lanzar su propio musical ¿qué puede salir mal a parte de todo? Lo cierto es que esta película es difícil de describir con palabras, así que mejor te dejamos con las secuencias iniciales. Son hipnóticas, quedas advertido:

The room 

Hasta ahora hemos visto películas fantásticas, de acción o de ciencia ficción, pero una película intimista también puede convertirse en una calamidad de estas caracteristicas con la suficiente falta de talento. Dirigida, escrita y protagonizada por Tommy Wiseau en 2003, este drama intimista sobre un triángulo amoroso tiene tan poco claras las nociones de narración o lenguaje cinematográfico, que es capaz de elevar una trama vulgar al paroxismo de lo ridículo.

Se puede ver a los actores aguantándose la risa cada vez que Wiseau- que parece un cruce entre Fabio Lanzoni y Ozzi Osbourne- intenta interpretar uno de sus arrebatos melodramáticos. La película se ha convertido en tal clásico que James Franco ha protagonizado y dirigido una película basada en la realización de la película, titulada The Disaster Artist.

Bonus track: Star Wars: Holiday Special

Tal vez lo peor que se ha grabado jamás con una cámara. En 1978 el mundo estaba extasiado por la fiebre Star Wars (el mundo se ha movido poco desde entonces), por lo que la CBS se quiso aprovechar encargando un especial que se emitiría el Día de Acción de gracias. El resultado fue tan malo que cuando Lucas lo vio ordenó destruir todas las copias, y los juguetes que se iban a lanzar jamás llegarían a las tiendas. Los protagonistas son el padre, la mujer y el hijo de Chewbacca, que esperan al héroe para celebrar el Día de la Vida. Hay largos diálogos en wookie (gruñidos) que no tienen ni traducción ni subtítulos.

Entre estos hay actuaciones musicales y gags que no se entienden muy bien de donde salen, incluso un programa de cocina intergaláctico. Harrison Ford aparece en varias escenas tratando de mantener la dignidad y Mark Hamill, que acababa de recuperarse del accidente que casi le deja desfigurado, lleva más capas de maquillaje que de piel. La secuencia final con Carrie Fisher cantando una especie de villancico con la melodía de Star Wars sería lo más perturbador de la cinta si no hubiera una secuencia del padre de Chewbacca masturbándose con un aparato de realidad virtual. No, en serio, se masturba.

Aunque Lucas trató de destruir todas las copias tras su emisión, hubo quien lo grabó en VHS y gracias a la era digital lo puedes disfrutar en YouTube.

Agradecimiento a Sergio Lifante por la reseña de The Room.