Los accidentes pueden darse en cualquier momento y sin que podamos protegernos al 100 % de ellos, pero hay algunos que, literalmente, se ganan a pulso. ¿Qué ocurre cuando alguien se la juega y asume riesgos que cualquiera con dos dedos de frente tacharía como locura? Pues que acaba perdiendo la vida de la manera más idiota posible. O sufriendo un accidente grave; además de ganar un célebre "premio Darwin". ¿En qué consiste esta dudosa "condecoración"?
Los premios Darwin se hicieron muy famosos, pero en sí no son ni premios ni se trata de ningún tipo de certamen. Aunque sí se encargan de registrar las ocurrencias humanas más estúpidas para recalcar la falta de luces de quienes se ven involucrados. A veces parece imposible, otras la situación es tan absurda que se hace increíble. Pero no: la estupidez humana llega a cotas insospechadas, basta con ver los siguientes ejemplos para comprobarlo.
Un conductor cruza la vía delante de un tren en marcha y se choca con otro que tuvo la misma idea.
15 de abril de 2001, en Tennessee. Un conductor conducía paralelo a la vía del tren compitiendo con un convoy que en ese momento circulaba por la vía. Y al hombre no se le ocurrió otra cosa que emular a las películas y cruzar la vía por el paso segundos antes de que pasara el tren. La casualidad quiso que se chocara contra otro conductor que tuvo la misma idea.
Uno de ellos perdió la vida, el otro quedó herido. El tren ni se inmutó: los coches se chocaron fuera de la vía por la que circulaba.
Nunca te acerques a los fuegos artificiales que no explotan
Esto que nuestras madres nos han advertido decenas de veces no lo tuvo en cuenta un supervisor de fuegos artificiales que se encontraba operando el espectáculo del 4 de julio de 2000, en Estados Unidos. Al hombre no se le ocurrió otra cosa que asomar la cabeza a uno de los tubos que no había detonado a tiempo. No vio nada más. y casi perdió la cabeza, de forma literal.
Jamás tengas sexo mientras conduces a máxima velocidad
Las películas porno, y muchas de contenido menos sexual, han fantaseado durante años con la idea de hacer el amor en el coche. Pero claro, una cosa es pasarlo bien mientras está aparcado y otra muy diferente hacerlo mientras conduces... ¡A más de 120 km/h!
Eso es lo que ocurrió el 7 de mayo de 2000 en Italia. Encontraron a una pareja completamente desnuda en su coche después de que este se hubiera salido en una curva. Espero que, al menos, tuvieran un buen final antes de perder la vida...
Borracho y recargando el mechero, mala combinación
Un hombre se prendió fuego a sí mismo una noche de viernes después de haberle dado bien a las pintas. Llegó a casa borracho y no se le ocurrió otra cosa que recargar su mechero sin atinar muy bien a lo que hacía. Su mujer ya le advirtió de que estaba haciendo el tonto y el hombre, llevando su tontería hasta el límite, decidió prenderse los pantalones. La historia terminó como era de esperar. Sucedió el 5 de marzo de 1999 en Inglaterra.
Decide que es buena idea dormir en el tejado y se termina cayendo
Otra historia de esas en las que el alcohol hace de las suyas. También la marihuana, la pareja protagonista combinó ambas antes de que la mujer perdiera la vida. Sucedió el 26 de marzo de 2000 en Carolina del Sur: la pareja se subió al tejado con las almohadas y la ropa de cama en pleno colocón. La idea de dormir bajo las estrellas les sedujo y la inclinación del tejado no les quitó la idea. Cuando llegó la policía a la mañana siguiente el novio seguía roncando en lo alto del tejado.
Engancharse con una cuerda a un camión no es buena idea
Premio Darwin merecido a un idiota personaje que no se le ocurrió otra cosa que engancharse con una cuerda a un camión australiano y hacer surf por el desierto aprovechando que la arena lame la carretera. Atado a una cuerda, con una cerveza en la otra mano y con un sombrero mexicano, así eran sus pintas. Al menos antes de que se rompiera la cuerda y el camión le pasara por encima. Ocurrió el 25 de noviembre en Australia.
Comprueba si un tanque de gasolina estaba vacío de vapores inflamables... Con un mechero
Así fueron las cosas para un trabajador de Brasil que el 29 de junio de 2003 se encontraba limpiando un tanque de gasolina por dentro. Después de que empezara a llenar el tanque con agua para expulsar los vapores inflamables se introdujo para comprobar si el nivel de agua era el adecuado. Y claro, como dentro había menos luz que en su cabeza, no se le ocurrió otra cosa que encender el mechero. No murió, pero sí se llevó una buena lección para el resto de su vida.
Apuesta sus testículos a que su equipo gana y cumple la promesa
Cuando uno es de palabra lleva a cabo todo lo que promete hasta sus últimas consecuencias. Y eso fue lo que ocurrió el 5 de febrero de 2005 en Gales: jugaba Gales contra Inglaterra, un partido de Rugby que anticipaba la derrota del primero (llevaba años sucediendo así). Así que a nuestro protagonista no se le ocurrió otra cosa que decir: "¡Si Gales gana me corto los huevos!". Ganó. Así que se fue a su casa, se auto castró con un cuchillo y volvió al bar para demostrar que era un hombre de palabra. Acabó en el hospital desangrado, pero no murió.